En segundo lugar, porque la situación de las familias es mucho más sólida y los estándares de concesión de crédito por parte de las entidades se encuentran en niveles «significativamente más prudentes» que los previos al estallido de la crisis financiera. Y en tercer lugar, porque la propia situación del sector inmobiliario también dista mucho de la existía antes de aquellos desequilibrios.
Estos factores en conjunto llevan a la entidad, que este jueves ha presentado su último ‘Informe de Estabilidad Financiera de Otoño’, a descartar que España esté en una situación similar a la de los años previos a la Gran Crisis. «Hoy por hoy no hay esos signos de burbuja», ha afirmado Pérez Cid, director general de Estabilidad Financiera del Banco de España, quien también ha explicado que los balances bancarios no presentan un exceso de concentración en el ‘ladrillo’, como sí sucedía antaño.
A nivel más general, los préstamos para promoción inmobiliaria y construcción de vivienda representaban en 2008 la mitad de la cartera de crédito a empresas, mientras que dicho peso está algo por debajo del 15%. A la vez, el crédito inmobiliario representa una fracción contenida del PIB y del conjunto del crédito bancario, y no se aprecian en él dinámicas «excesivamente fuertes» como las que precedieron a la crisis. En el organismo, hacen hincapié en que la fortaleza de la demanda de vivienda en relación con su oferta es el principal elemento que ha impulsado su precio real. Este ha venido aumentado cada vez a mayor ritmo.
En el primer semestre, el avance anual medio en términos nominales fue del 12,5%, frente al 4 y el 8,4% registrados en el promedio de los años 2023 y 2024, respectivamente. Por segmentos, el incremento del precio de la vivienda usada (12,6%) superó al de la vivienda nueva (12,2%), en contraste con la dinámica observada entre 2019, justo antes del estallido de la pandemia de coronavirus, y 2024. En términos reales, los precios de la vivienda crecieron a un ritmo interanual del 10,3% en el segundo trimestre de este ejercicio, hasta situarse un 17,7% por debajo del nivel máximo alcanzado en el inicio de la crisis financiera global, esto es, en el tercer trimestre de 2007.
Con todo, en el organismo capitaneado por José Luis Escrivá inciden en que los precios están aumentando más en las áreas más tensionadas. Así, el crecimiento en las provincias con niveles de precios más elevados contrasta con incrementos modestos o nulos en aquellas donde los precios son moderados o bajos. Además y, a diferencia de lo observado durante el boom inmobiliario de los 2000, no hay una expansión generalizada de los precios por provincias. El propio Pérez Cid ha asegurado que para resolver el problema de accesibilidad que existe serían necesarias, «medidas estructurales desde el punto de vista de la oferta».
