Por un lado, la posible negociación de un acuerdo de paz en Ucrania, con cierta presión desde Estados Unidos para que Kiev ceda, podría dar alas nuevamente a las bolsas, circunstancia que también se podría producir en Japón con la aprobación de un paquete de estímulos financieros equivalente al 3,2% del PIB del país, sin despreciar el resurgir de las noticias relacionadas con que China podría ejecutar un plan de incentivos destinado a impulsar tanto la demanda interna como la recuperación de su mercado inmobiliario. Por el lado contrario, las noticias relativas a la economía estadounidense siguen siendo bastante positivas como lo fueron los de creación de empleo en el mes de septiembre o la estimación actual del PIB del 4Q25 que realiza la FED de Atlanta y que lo sitúa en el 4,2%, datos que no facilitarían la decisión de bajar tipos a la FED en su reunión del 10 de diciembre.
Las dudas sobre la IA y la FED sacuden a las bolsas mientras nuevos rumores geopolíticos y estímulos en Japón y China apuntan a un posible rebote
La falta de visibilidad frena a los inversores: ni el impulso de Nvidia evita la corrección global, a la espera de más claridad macro mientras el posible recorte de tipos de la Fed devuelve algo de oxígeno al mercado
Mercados en vilo, pero sin refugio: los metales retroceden y el petróleo cede por la presión de oferta y la fortaleza del dólar
Resultados sobresalientes: ocho de cada diez compañías superan estimaciones y el BPA crece muy por encima de lo previsto
Lo que parece claro es que, tras el fuerte repunte de los mercados desde los mínimos de abril, los inversores necesitan tener mucha mayor visibilidad sobre el futuro económico global antes de proseguir con las compras. Ni siquiera Nvidia fue capaz de dar la vuelta a la situación, sus nuevamente extraordinarios resultados y previsiones para los próximos meses solo permitieron una recuperación efímera en los índices tecnológicos que no duró ni veinticuatro horas. Así, al cierre de la semana el S&P 500 se dejaba un 1,95% para cerrar en 6.602,99 puntos, mientras que el Nasdaq 100 lo hacía en 24.239,57 o un 2,71% menos que la semana anterior. En Europa la situación fue muy similar, tras marcar nuevos máximos históricos la semana anterior en esta las caídas superaban el 3% al concluir el Euro Stoxx en 5.523,20 puntos y el Ibex 35 en 15.830,80.
En el mercado de deuda europeo, los cambios en la rentabilidad fueron mínimos. El Bund bajó 2 puntos básicos hasta el 2,70% mientras que el Bono a 10 años se mantenía estable en el 3,22%. Estados Unidos llevaba el mismo camino con el Treasury a 10 años, pero en la sesión del viernes todo cambió y terminaba la semana con una caída de 9 puntos básicos o en el 4,06%. Durante toda la semana el mercado estaba descontando con una probabilidad cercana al 30% que la FED bajaría tipos en diciembre, es decir, no creía el mercado que se fuera a producir tal bajada, pero el aumento de la tasa de paro hasta el 4,4% y una notable bajada en las expectativas de inflación por parte de las encuestas volvían a elevar dicha probabilidad hasta el 69%. Si hay bajada, tanto el sector tecnológico como las pequeñas compañías se verán favorecidas, lo que propició la recuperación desde los mínimos en la sesión del viernes.
El aumento de la volatilidad visto en los mercados, señal de incertidumbre, no se ha trasladado a los valores refugio de 2025. El oro en lugar de subir con fuerza cedía un 0,36% en la semana al concluir en 4.079,50 USD/Onz, pero al igual que las semanas precedentes fue la plata el metal que mayor volatilidad de precios experimentó en la semana, un 9% entre máximo y mínimo. Las notables subidas acumuladas en el sector de los metales preciosos propician estos movimientos de mayor envergadura, pero el consenso de los expertos sigue pensando que, aunque se puedan producir correcciones de importancia en el corto plazo, al mercado le queda recorrido al alza en el largo plazo. Por su parte el Brent corregía un 2,84% al cerrar en 62,56 USD/b, por un lado, el potencial alto el fuego en Ucrania liberaría el crudo ruso en el mercado, es decir, mayor presión de la oferta y, por otro lado, la apreciación del USD favorece la caída del precio.
En cuanto a la macroeconomía, más allá de los datos comentados, destacamos por un lado, que se confirmó la inflación en Europa y el IPC se sitúa en el 2,1%, y por otro, que los datos de los PMIs provisionales correspondientes al mes de noviembre tienen el mismo comportamiento en los dos lados del Atlántico, el sector manufacturero se queda ligeramente por debajo de las previsiones, mientras que el sector servicios las mejora, con el dato agregado superando las estimaciones. A lo largo de esta semana, conoceremos varios datos sobre la economía estadounidense, pero muchos de ellos ya antiguos, como el PCE del mes de septiembre, y se publicará la segunda revisión del dato del PIB correspondiente al tercer trimestre de 2025, que inicialmente se situó en el 3,8%.
De la temporada de resultados ya se conocen las cifras de más del 94% de compañías con un saldo muy positivo. El 83% han sorprendido positivamente frente a tan solo un 13% que ha defraudado, generándose un crecimiento del beneficio por acción del 14,7% frente al 8,5% inicialmente previsto.

