Los mercados han vivido un mes complejo, marcado por la volatilidad y por un cuestionamiento creciente del liderazgo tecnológico que ha sostenido buena parte del ciclo bursátil reciente.
Conviene repasar los factores que explican este giro.
Dudas sobre la sostenibilidad del ciclo de la IA
Durante meses, la Inteligencia Artificial se ha presentado como la respuesta a los desafíos de productividad y como eje central del crecimiento futuro. La premisa era clara: las fuertes inversiones en chips, modelos y centros de datos terminarían generando retornos significativos. Sin embargo, esa promesa empieza a resultar demasiado distante para parte del mercado.
Las denominadas Siete Magníficas, con valoraciones récord, afrontan ahora un doble escrutinio: los inversores se preguntan si las inversiones multimillonarias en IA se traducirán en beneficios tangibles o si, por el contrario, si estamos asistiendo a un entusiasmo exagerado, como ya ocurrió en otras burbujas tecnológicas.
La incertidumbre no se limita a las empresas cotizadas, también afecta a las grandes compañías privadas del sector —OpenAI, Anthropic, Mistral—, valoradas en decenas de miles de millones sin modelos de monetización consolidados y con estructuras de costes en expansión constante. Sus costes crecen rápido, su tecnología avanza, pero sus ingresos aún no lo hacen al mismo ritmo. La cuestión de fondo es clara:¿estamos ante la consolidación de un sector capaz de sostener su ritmo inversor o ante un ciclo de sobrevaloración similar a otros ya vividos en la industria tecnológica?
Correcciones necesarias a la espera de los catalizadores de diciembre
Las recientes caídas han introducido un punto de racionalidad. Las correcciones no son anomalías, sino mecanismos de ajuste que moderan excesos y afinan expectativas.
El mercado afronta diciembre con dos referencias relevantes: la reunión de la Reserva Federal y los resultados de Oracle.
Jerome Powell ha insistido en que no habrá recortes de tipos este mes. El mercado ya lo descuenta, lo que paradójicamente puede aliviar la volatilidad al eliminar expectativas poco realistas.
En paralelo, Oracle llega a su cita con un nivel de apalancamiento que supera el 500% de su capital, un dato de una magnitud llamativa en cualquier análisis financiero. Sus resultados serán un termómetro para saber si incluso las empresas más endeudadas pueden soportar el momento actual o si, por el contrario, veremos más turbulencias.
En cualquier caso, diciembre se anticipa dinámico; y la historia recuerda que los grandes movimientos suelen iniciarse cuando la atención del inversor está en otra parte.
Cuando la contabilidad levanta sospechas: del criterio técnico a la sospecha de maquillaje
El elemento más controvertido del trimestre ha sido la revisión de la vida útil de los activos tecnológicos por parte de algunas grandes compañías. Algunas han modificado sus criterios de amortización, extendiendo de tres a seis años la vida útil de inversiones clave como servidores, centros de datos y hardware especializado en IA. El cambio no es trivial: al ampliar la vida útil, la amortización anual disminuye, el beneficio contable aumenta y la imagen financiera de la empresa mejora de forma significativa.
El debate es técnico, pero relevante. Queda por determinar si estos cambios reflejan una mayor durabilidad del hardware o si responden a la necesidad de suavizar, con maquillaje contable, el impacto de unos costes crecientes en la carrera por la IA. En un entorno de fuerte inversión, cualquier ajuste que afecte al perfil de beneficios genera un escrutinio inmediato.
En conclusión, noviembre deja una lectura clara: el mercado muestra una tolerancia limitada ante la incertidumbre, especialmente en sectores de valoraciones elevadas. La IA mantiene su atractivo estratégico, pero también evidencia las tensiones de un modelo aún en consolidación. Las valoraciones elevadas pesan, el endeudamiento preocupa y los ajustes contables aumentan las suspicacias.
Sin embargo, más allá de las turbulencias, las correcciones recientes pueden interpretarse como un proceso saludable necesario para restablecer el equilibrio. En un final de año que se anticipa dinámico, la prudencia y la capacidad de lectura del entorno serán clave para identificar las oportunidades que puedan surgir.
Todo apunta a un cierre de año intenso. Un terreno propicio para quienes analizan con serenidad y recuerdan que los verdaderos rallies no se anuncian: simplemente se perciben.
