La Ley de Movilidad Sostenible recientemente aprobada es una invitación a repensar cómo nos movemos en nuestras ciudades y cómo las empresas organizan sus operaciones.
Se trata de una normativa que es una realidad y que introduce cambios sustanciales en la movilidad, planteando importantes desafíos para muchos sectores, en especial para el corporativo.
La obligación de que empresas con más de 200 trabajadores implementen planes de movilidad sostenible y adapten sus flotas a combustibles alternativos y vehículos eléctricos, implica realizar un profundo análisis de todos los desplazamientos, una inversión en infraestructura, negociación con los trabajadores y el cumplimiento de normativas de emisiones.
La nueva ley deja claro que la movilidad corporativa ya no puede ser un elemento secundario de la gestión empresarial. Cada trayecto deja de ser un simple desplazamiento: se convierte en un dato, en una decisión estratégica, en un acto de sostenibilidad… y una oportunidad para la eficiencia. Una evolución en la que el renting está llamado a desempeñar un papel clave, aportando soluciones para poder implementar los cambios a los que las empresas se verán obligadas a raíz de la aprobación de la nueva normativa.
El renting se convierte en el motor que permite que una empresa se mueva de manera inteligente, eficiente y responsable, midiendo cada kilómetro, cada litro de energía y cada tonelada de CO2 que se evita. Al incorporar metodología que permite a las empresas conocer el consumo de combustible o energía, calcular emisiones de CO2 y ajustar rutas y horarios de sus flotas para maximizar la eficiencia, el sector permite transformar la movilidad corporativa en una ventaja competitiva, tangible y medible.
Pero también el renting da respuesta a otra de las principales exigencias de la ley: la transición hacia vehículos con combustibles alternativos y vehículos eléctricos. El sector permite acceder a vehículos de última generación sin necesidad de grandes inversiones iniciales, con planes de sustitución periódica que aseguran la incorporación de tecnologías más limpias y seguras.
Además, en un contexto normativo tan cambiante como el actual, en el que las leyes relacionadas con la movilidad evolucionan con rapidez, el renting aporta una flexibilidad que la propiedad no puede ofrecer. Las empresas pueden adaptar sus flotas según la legislación o las necesidades operativas, cambiando de tipo de vehículo o motorización de forma sencilla y rápida.
En definitiva, el renting es y será una herramienta fundamental para que la transición hacia una movilidad sostenible sea viable. Por ello, apostar por el renting no es solo una decisión económica inteligente para una empresa, sino también un compromiso con la movilidad del mañana.

