Old Lonesome es un pueblo de montaña, en el Estado de Michigan, con unos inviernos muy duros y unos habitantes que son todos -así parece en la novela- unos pobres hombres, que mal viven, con caracteres huraños y raros y en los que la violencia, las drogas y el alcohol están a la orden del día. El pueblo está dominado por una prisión y un alcaide que maneja todo sin ningún escrúpulo ni moral.
Es invierno, en plena navidad y un grupo de presos se escapa de la prisión. Suena la sirena en todo el pueblo y eso significa que nadie debe dejar entrar a nadie en sus casas y que hay que tener las armas listas. Este es el planteamiento de la novela: la caza del fugitivo. Y aquí comienza el relato dividido en capítulos que se alternan, centrados en los presos que huyen, los carceleros que van tras ellos, el rastreador, la que llaman la forajida y por último dos periodistas que vienen de Denver. Esta división permite ir conociendo a los personajes y sus reacciones y a la vez a los habitantes del pueblo donde acaban refugiándose en sus casas, ya que hay una colosal ventisca que está maravillosamente descrita y que lleva al lector a sentir el frío como si estuviera allí.
De los presos poco hay que decir, son criminales y su pensamiento no tiene ni un punto positivo, excepto uno que se convierte en protagonista de la novela que tiene buen corazón aunque poca cabeza y ha vivido una infancia muy negativa que le ha marcado para siempre. Los guardias no son tan diferentes de los presos y su conducta es totalmente inmoral y reprobable, son despiadados, arrogantes, prepotentes y drogadictos… El rastreador y la conocida como la forajida son los personajes más humanos, aunque también están marcados por el lugar.
El conjunto es una novela muy buena dentro de su género, muy dura y donde el bien no es fácil de detectar.
Evasión
Benjamin Whitner
Sitúela, (2023)
344 págs.