Tras la crisis financiera de 2008, los hogares comenzaron a aumentar su tasa de ahorro como medida de precaución ante la incertidumbre, alcanzando picos especialmente elevados en 2020 debido a la pandemia de la COVID-19, cuando las restricciones y el temor al futuro impulsaron el ahorro forzoso. Sin embargo, en los años posteriores, la inflación y el aumento del coste de la vida han reducido la capacidad de ahorro, situando la tasa por debajo de los niveles previos a la pandemia.
Aunque siguen muy por encima de los niveles prepandemia, los ahorros de las familias españolas encadenan cinco trimestres a la baja y tienen una distribución muy desigual: las rentas del capital han crecido en los últimos años mucho más que los salarios
El ahorro de los hogares españoles ha marcado en el tercer trimestre del año su nivel más bajo desde finales de 2023: se sitúa en el 12% de la renta disponible bruta, lo que supone un ligero descenso del 0,1% respecto al trimestre anterior, pero un 20% menos que un año antes, según los datos del INE. Una tasa que, defiende Torres, Director de Coyuntura Económica de Funcas sigue siendo «una tasa muy elevada» porque «lo normal antes de la pandemia era ahorrar prácticamente la mitad de lo que se ahorra en este momento». De hecho, el ahorro medio en las dos décadas previas a la llegada del COVID se situaba en el 8,2%.
De hecho, las rentas del capital se han revalorizado mucho más que los salarios: se han incrementado más de un 125% en apenas tres años. Si en los nueve primeros meses de 2022 supusieron un total de 32.500 millones de euros, en el mismo período de este año, se han elevado hasta los 73.500 millones.
Además, la reducción de los ahorros de las familias, que caen hasta los 11.000 millones, responde a un mayor incremento en el consumo privado (que sube al 6%, con un gasto de más de 232.000 millones entre julio y septiembre) que en la propia renta disponible bruta (que aumenta un 4,2% hasta los 242.600 millones). Una tendencia que, según las estimaciones de Funcas, se mantendrá también el próximo año.
Es importante destacar que las políticas económicas, el mercado laboral y los cambios demográficos han influido notablemente en estos comportamientos. Actualmente, aunque existe una tendencia hacia la recuperación del consumo, los hogares siguen mostrando prudencia, priorizando el ahorro ante la incertidumbre económica global.
En definitiva, la evolución del ahorro refleja la adaptación de las familias españolas a las circunstancias cambiantes, con periodos de aumento por motivos de precaución y descensos ligados a la recuperación económica y la presión inflacionista.
