El equilibrio es la seña de identidad del vino más insigne de Bodegas Cepa 21. José Moro, presidente de la compañía, lanza al mercado la añada 2020 de Cepa 21, la referencia más emblemática de la innovadora bodega de Ribera del Duero. Cepa 21 es redondo, sin aristas, combina la frescura con la madurez y tiene el sello de calidad de su creador.
Aromático y equilibrado en nariz, en boca es elegante y con gran personalidad, con un postgusto largo, que invita a seguir bebiendo. Cepa 21 es la referencia que mejor representa la filosofía de la compañía; es un tinto que conquista año tras año a sus fieles seguidores y a aquellos que se están iniciando en el mundo del vino. Bodegas Cepa 21 está revolucionando la Ribera del Duero a través de la experiencia de su creador, la pasión por la tierra y la calidad. El emblemático bodeguero apuesta por un proyecto diferenciador de calidad que refleje su saber hacer y el legado recibido durante años.
Un vino con reconocimiento
Cepa 21 es el estandarte de la bodega de José Moro, su proyecto más personal y en el que ha volcado todo su conocimiento, su pasión y su filosofía innovadora, todo ello respaldado por una notable trayectoria profesional en el mundo vinícola. Para Moro, «Cepa 21 es un vino que habla de su seriedad, de las viñas de mediana edad de las que procede y que le aportan una personalidad creciente. Es un tinto maduro, que entra con respeto en la boca pero que desde la primera copa se entrega en cuerpo y alma». Unas características que han dejado huella en los críticos nacionales e internacionales, que le han otorgado múltiples reconocimientos. Cepa 21 ha conquistado los certámenes de mayor prestigio, que avalan añada tras añada su calidad y su personalidad única. Entre las distinciones, destacan los 92 puntos otorgados por Wine Spectator —prestigiosa revista norteamericana especializada en vinos— y los 93 puntos en la Guía Proensa —guía española que selecciona los mejores vinos de España—; ya en 2019 obtuvo 91 puntos de James Suckling, uno de los críticos especializados en vino más influyentes del mundo.
Equilibrio y personalidad 21 años después
La añada de 2002 fue la primera en salir al mercado de esta referencia y fue precisamente esta la que encabezó el proyecto de Bodegas Cepa 21. Ahora, 21 años después, la bodega vallisoletana lanza una nueva cosecha que destacan por su intensidad frutal y su elegancia. Cepa 21 2020 es de un color rojo cereza picota intenso, limpio y brillante. En nariz, se percibe como un vino expresivo, con muchos matices, que resulta de la combinación de las notas propias del tempranillo maduradas por el tiempo en barrica, pero conservando una buena frescura. Por su parte, en boca es elegante, con gran cuerpo y un tanino abundante y goloso, además de acidez equilibrada; su postgusto es largo, muy persistente y agradable. Se trata de un vino elaborado a partir de uvas de un enclave ideal, donde la exposición, el clima y el suelo –calizo-arcilloso-pedregoso— se alían para obtener una calidad de uva excelente. Una vez recolectada la uva, su fermentación alcohólica se realiza en depósitos de acero inoxidable a temperatura controlada durante 18 días, para posteriormente completar su fermentación maloláctica durante 30 días; su envejecimiento se lleva a cabo en barricas de roble francés.
Respecto a la climatología del 2020, es una añada que ha estado marcada por una leve subida de los termómetros. Esto unido a las copiosas lluvias de la primavera favorecieron un buen crecimiento de la planta. La lluvia también estuvo presente en la vendimia, aunque no afectó a la calidad de la uva recogida; se prevé que la uva recolectada dé lugar a vinos de alta calidad, expresión aromática e intensidad.
P.V.P. botella: 19,85 €
Situada en el pueblo de Castrillo de Duero, en Valladolid, Cepa 21 tiene como objetivo elaborar vinos de altísima calidad y cuidar al detalle todos los elementos que intervienen en la vinificación: desde la selección del terruño y la uva hasta un control pormenorizado de los procesos en viñedo y en bodega. El edificio, elegante y sobrio, está perfectamente integrado con el paisaje y equipado con la más moderna tecnología. Por su situación geográfica, domina un paisaje de cincuenta hectáreas de viñedo propio plantadas con cepas centenarias de la variedad Tinto Fino, una de las más puras del clon tempranillo. Suelos propios de Ribera del Duero, altitudes y pendientes y una filosofía de trabajo que no utiliza ningún tipo de producto residual en la plantación dan como resultado vinos con toda la tipicidad de Ribera, eso sí, pasada por el crisol de la revolución vitivinícola de los últimos años.