Los temores sobre la salud económica mundial, y una posible recesión, así como la última decisión de política monetaria de la Reserva Federal (Fed) han llevado al dólar a perder fuerza, con los inversores descontando una posible pausa en las subidas de tipos del banco central americano.
Este hecho ha desatado las especulaciones en el mercado con que el Banco de Inglaterra (BoE), que se reunirá el próximo jueves para decidir su último movimiento sobre las tasas, pueda verse obligado a frenar su endurecimiento monetario. Se espera que el BoE suba los tipos de interés hasta el 4,5%, y el consenso descuenta un aumento adicional antes de finales de año. La libra también se ha visto respaldada por datos económicos alentadores que se han publicado en Reino Unido esta semana, y que muestran un repunte en las solicitudes de hipotecas, el crecimiento del sector de servicios y las ventas de automóviles.
La divisa británica ha experimentado toda una recuperación desde el otoño pasado, cuando alcanzó profundidades récord de alrededor de 1,03 dólares tras el caos de los minipresupuestos