Raimon Grifols, de la tercera generación familiar, y Víctor Grífols Deu, de la cuarta, abandonan de este modo el cargo que compartían de consejeros delegados solidarios, según comunicó este lunes la compañía a la CNMV.
Estos cambios se enmarcan dentro de la situación de reorganización y plan de ahorro del fabricante de hemoderivados, además del intento de convencer a los inversores de la recuperación del negocio, en una compañía que se ha dejado casi el 70% de su valor bursátil desde el inicio de la pandemia de Covid-19.
Los dos ejecutivos de la familia Grífols seguirán siendo miembros del consejo de administración. Además, mantendrán otros roles ejecutivos en la alta dirección. Víctor Grifols Deu se convertirá en el director de operaciones, “centrándose en la gestión del día a día de la empresa”, según un comunicado del laboratorio. Y, por su parte, Raimon Grifols, quien también es vicepresidente de la compañía, asumirá el cargo de director general corporativo, “centrándose en optimizar el valor de las filiales y asociaciones corporativas de Grifols, así como en liderar las principales iniciativas corporativas”.
Grifols batió su récord de ingresos el pasado año, al alcanzar los 6.064 millones de euros, lo que supone un 22,2% más que el año anterior. Pero esa cifra no sirve al laboratorio catalán para volver a los beneficios de antes de la pandemia, ya que ganó 208 millones, un 10% más, todavía lejos de las cifras de 2019 o 2020, cuando ganaba 625 millones y 618 millones, respectivamente.