Ninguno de los candidatos logró más del 50% del voto requerido para finiquitar los comicios en primera ronda. Con más del 99% escrutado, y mientras continuaba un tenso recuento con acusaciones mutuas de juego sucio, todo apunta a que el país se verá abocado dentro de dos semanas a una segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Y, si esta se confirma, se anticipan dos semanas tumultuosas. En juego está si continúa en el poder el actual presidente, Erdogan, hombre fuerte del país desde hace 20 años, o si lo releva el candidato que ha logrado aglutinar a los principales partidos de oposición, el centroizquierdista Kiliçdaroglu, de 74 años.
Entre enero y marzo, el banco obtuvo un beneficio neto atribuido de 277 millones en el país, lo que supone el 15% de los 1.846 millones que se anotó a nivel de grupo. Asimismo, los ingresos en el país (margen bruto) en el primer trimestre de 2023 se situaron en 802 millones de euros, el 11,5% de los 6.958 millones que contabilizó el banco en todos sus mercados y segmentos de negocio.
Los 20 años de gobierno de Erdogan han coincidido con la apuesta estratégica de BBVA por Turquía –redoblada en 2021 con una opa para controlar Garanti– y también con una hiperinflación que ha forzado al banco a importantes ajustes contables, mientras la lira se desplomaba a mínimos interminables. Turquía es también el mercado en el que se ha forjado como banquero el actual consejero del banco, Genç.
El deterioro que sufre la economía turca, con una inflación del 43,7% en abril–pese a haber descendido desde niveles del 80% del pasado año– será en todo caso un desafío para el banco. Un vuelco en el gobierno sí podría ser cierto revulsivo. Kiliçdaroglu, el gran rival de Erdogan y favorito en los sondeos hasta el pasado domingo, ha prometido el regreso a la ortodoxia económica, lo que podría favorecer el regreso de la inversión extranjera a Turquía. Kiliçdaroglu, veterano líder del centroizquierda, ha logrado aglutinar a toda la oposición frente a Erdogan.
La bolsa turca se desploma
La polarización de la campaña ha sacudido los mercados. Los mercados turcos caen al deshacerse las apuestas por la salida de Erdogan. El índice de referencia de la Bolsa turca, el Bist 100 se desplomó a primera hora más del 6% aunque según avanza la jornada estos descensos se han estabilizado alrededor del 2%.
Dentro de la Bolsa turca, el sector bancario es el más penalizado con un desplome del 9,5% El índice Bist 100 se disparó un 9% la semana pasada ya que las encuestas daban como perdedor a Erdogan, lo que acabaría con dos décadas de su poder como presidente. El sector bancario subió un 26% la semana pasada.
La lira también sufre tras el resultado electoral. Desde principio de año, la divisa turca se ha debilitado un 5% y ha perdido casi el 95% de su valor durante la última década y media, cuando las políticas económicas de la fiebre del azúcar provocaron ciclos espectaculares de auge y caída, inflación desenfrenada y turbulencia en el mercado de divisas.
Al mercado no le gusta, por un lado, la incertidumbre que supone no tener un resultado electoral claro sobre la mesa ya. Tampoco gusta, al parecer, que Erdogan pueda perder apoyos, lo que complicará sacar adelante sus políticas y potenciará esa incertidumbre. En último término, el triunfo de Erdogan, con sus políticas económicas «poco ortodoxas» no se ve como algo especialmente favorable tampoco. Con todo, los expertos advierten de que, si Erdogan logra retener el poder, no pueden descartarse las protestas en su contra, sobre todo si reciben el respaldo de los candidatos de la oposición.
De momento, el resultado es muy ajustado. Con casi el 100% de las urnas escrutadas, Erdogan ha logrado el 49,5% de los votos, mientras que Kilicdaroglu ha obtenido el 45% de los apoyos