El pasado septiembre STC desembarcó de forma sorpresiva en el accionariado de Telefónica con la adquisición del 9,9% del capital social de la empresa -un 4,9% en acciones directas y un 5% en derivados financieros- por alrededor de 2.100 millones de euros. Para poder hacer efectiva esa participación que STC tiene aparcada en derivados financieros la compañía saudí debe recibir el visto bueno del Gobierno debido a la normativa vigente en materia de inversiones extranjeras en empresas estratégicas.
Al ser preguntado sobre si el Gobierno bloqueará la entrada de STC en el accionariado de Telefónica hasta que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) complete el mandato del Gobierno de adquirir hasta el 10% del capital social de la operadora presidida por Álvarez-Pallete, Escrivá ha subrayado que no le consta que la compañía saudí haya pedido todavía completar esa participación del 9,9%. «Esto es pura especulación», ha valorado.
Por otro lado, Escrivá se ha mostrado favorable a que en el nuevo periodo legislativo de la Unión Europea -hay elecciones en junio- se aborde la reforma de la normativa de competencia para favorecer las consolidaciones en el sector de las telecomunicaciones, tal como reclaman desde hace tiempo las principales empresas de esta industria. En ese sentido, el ministro ha opinado que la normativa de la Unión Europa ha pecado de tener una visión «cortoplacista» en la que se ha dado demasiada importancia a la reducción de los precios para los consumidores.
Asimismo, ha subrayado que está «alineado» con la idea de que las empresas del sector necesitan ganar escala y volumen para poder acometer las grandes inversiones en innovación e infraestructuras que serán necesarias en los próximos años.
En esa línea, ha recalcado que en Europa la estructura del mercado es distinta a la que se da, por ejemplo, en Estados Unidos, donde el número de competidores en el sector es mucho más reducido.