Si sólo dura unos días, es probable que el impacto en la economía sea insignificante, Pero este cierre podría ser diferente a los demás, ya que la administración Trump ha indicado que tratará de reducir de forma permanente el número de empleados en todas las agencias durante el déficit de financiación. No está claro si esto se puede ejecutar legalmente, pero las reducciones permanentes de personal afectarían negativamente a las estadísticas de empleo y del PIB.
Unos 859.000 empleados federales podrían ser suspendidos temporalmente y a otros 662.000 se les podría ordenar trabajar sin sueldo durante el cierre. Estos empleados recibirán el pago retroactivo una vez que el Gobierno vuelva a abrir. Pero según estimaciones de la Reserva Federal de Atlanta, podría haber hasta 5,5 millones de contratistas y personal federal adicionales a los que se les paga a través de subvenciones gubernamentales y a éstos no se les suele reembolsar los salarios perdidos, lo que podría significar una pérdida de ingresos salariales o un golpe a los márgenes de beneficio para los empleadores de estos trabajadores, que esperan una compensación incluso cuando el Gobierno no paga por sus servicios. Si el cierre del Gobierno se prolonga durante varias semanas, o más, el impacto económico de estas pérdidas de compensación podría aumentar.
Dadas las implicaciones negativas para el crecimiento y la ausencia de beneficios políticos significativos de un cierre prolongado, se pueda llegar a una resolución con relativa rapidez. Suponiendo que finalice el cierre del Gobierno, se espera que el informe sobre la situación del empleo de septiembre muestre una mejora en la creación de empleo no agrícola (53.000 nuevas nóminas frente a las 22.000 del mes anterior) y una tasa de desempleo estable (en el 4,3%). La mayor incógnita con respecto al crecimiento del empleo es cuánto ha disminuido la “tasa de equilibrio”, que podría haber caído por debajo de los 50.000 puestos de trabajo al mes. Hay signos claros de baja demanda de trabajadores, pero si la tasa de crecimiento de la oferta también se ha reducido, EEUU podría mantenerse en pleno empleo. Este es el dilema para la Fed, ya que podría querer instintivamente recortar los tipos de interés dada la fuerte desaceleración del crecimiento del empleo, pero al hacerlo podría reavivar la inflación si el mercado laboral sigue estando ajustado.
En agosto, el número de miembros de la población activa nacidos en el extranjero había disminuido en 1,1 millones desde enero de 2025. Por el contrario, en 2024, esta cifra aumentó en 1,8 millones, y en 2023, en 1,6 millones. Una caída continua del número de trabajadores nacidos en el extranjero sugeriría que la tasa de equilibrio podría ser incluso más baja de lo que sospecho.
La semana pasada, la encuesta sobre Ofertas de Empleo y Rotación Laboral (JOLTS) mostró que el número de puestos vacantes aumentó ligeramente en agosto, pero las tasas de contratación y renuncia disminuyeron marginalmente, lo que sugiere unas condiciones más débiles. En este momento no está claro si el mercado laboral estadounidense podría encontrarse en un punto de inflexión en el que el desempleo salte al 5% o más, o si podría mantenerse más moderado, en niveles iguales o inferiores al 4,5%, dada la tasa de equilibrio mucho más lenta del crecimiento de las nóminas no agrícolas frente a la tasa de desempleo. Mi opinión actual es que este último resultado parece más probable, debido a la fuerte disminución de la inmigración en EEUU así como el inminente aumento de las deportaciones de inmigrantes indocumentados. Si estoy en lo cierto,las expectativas del mercado de recortes significativos de los tipos de interés por parte de Fed en los próximos seis a nueve meses podrían ser demasiado optimistas.
Esta semana se publicarán las actas de la reunión del FOMC celebrada los días 16 y 17 de septiembre, que podrían ser instructivas para obtener una visión más detallada del debate de la última reunión y, más concretamente, de cómo las opiniones de Michelle Bowman y Chris Waller podrían “haberse adaptado” a la presencia de Stephen Miran en el FOMC. En reuniones anteriores recientes, Bowman y Waller habían abogado por recortes de tipos cuando el Comité optó por mantener la política sin cambios. En la reunión de septiembre, el único disidente a favor de una bajada de tipos superior a 25 puntos básicos fue Stephen Miran. Estoy deseando analizar las actas para determinar si hay alguna pista sobre el tono del debate e identificar cualquier señal que pueda ayudar a aclarar el nivel de convicción que hay detrás de las previsiones más moderadas del Resumen de las Proyecciones Económicas de la Fed.
Los datos del PMI de China se mantuvieron en general estables en septiembre. En ausencia de un importante programa de estímulo fiscal interno, normalmente, los PMI seguiran siendo débiles en los próximos meses, ya que la guerra comercial con EEUU Unidos sigue afectando al ánimo y la actividad.
Los resultados de la encuesta Tankan de Japón fueron resilientes, pero el impacto de los aranceles estadounidenses sigue siendo evidente en algunos segmentos de las perspectivas manufactureras, como en el sector de la transformación. Aún así, pese a la carga arancelaria y la proyección de beneficios más débiles, las grandes empresas manufactureras y no manufactureras prevén aumentar considerablemente sus inversiones en capital fijo, con incrementos del 16,3% y el 10,4%, respectivamente. En este marco, la rentabilidad del capital en Japón será positiva para las compañías que están adoptando normas de gobierno corporativo más estrictas. Los cambios en las normas de la Bolsa de Tokio y a nivel gubernamental están obligando a las empresas a mejorar su gestión del capital y sus prácticas operativas, mientras que el aumento de la inflación está obligando a realizar más inversiones para aumentar la productividad.