Así lo pone de manifiesto su defensa en el recurso de apelación contra la decisión del magistrado Leopoldo Puente de investigar el patrimonio del exministro y, también, el de su hijo Víctor, contra la que el que fuera «número tres» del PSOE se revuelve.
Para su abogado, la actuación del instructor y de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil – a quien reprocha su «inquina y venganza»- se están extralimitando, «sesgando» sus derechos y llevando a cabo «investigaciones prospectivas» no solo respecto a su persona, sino también en relación a su hijo Víctor, no ciñéndose a los hechos por los que se está instruyendo y retrotrayéndose temporalmente a fechas que poco o nada tienen que ver con la presente causa».
Igualmente, sale en defensa del ministro Torres (cuyas posibles llamadas o mensajes con el comisionista Víctor de Aldama ordenó investigar el magistrado) e insta al instructor a «delimitar» esas pesquisas porque «debido al cargo que ostenta tiene varias decenas de subordinados» y, al tratarse de una estructura jerárquica «desde el aguacil hasta el subsecretario de Estado» son subordinados suyos.
Para Ábalos, la investigación de esas posibles conversaciones telefónicas o mensajes entre Aldama, Koldo y él mismo con el ministro y con Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE y también diputado (a quienes el comisionista involucró en la supuesta trama de comisiones) vulnera los derechos de ambos aforados y supone una «causa general» a resultas de las declaraciones de Aldama, quien «junto a su defensa parece que sí dirigen la instrucción»
Su representación jurídica recuerda que el instructor -al rechazar su recurso de reforma contra la decisión de investigar su patrimonio- precisó que los hechos supuestamente delictivos que se le atribuyen consisten en «haber percibido de forma ilícita determinados beneficios económicos» a cambio de favores «prevaliéndose de su condición de ministro del Gobierno de España». En este sentido, el abogado de Ábalos se queja de que en su comparecencia del pasado día 20 el instructor le interrogó en relación a «un inmueble sito en Perú» que, asegura, «poco o nada tiene que ver con las presentes actuaciones» porque en las fechas en que se produzco su adquisición, 1998, «ni siquiera ostentaba el cargo de ministro». Para el exministro, que Puente le preguntara por este chalet cuya propiedad El Debate le atribuye demuestra que esa investigación patrimonial, lejos de buscar una «foto fija» de sus propiedades -como defendió la Fiscalía Anticorrupción- la investigación se extiende a «todo aquello en lo que pueda aparecer» su nombre, dando por hecho -denuncia- un comportamiento delictivo atribuible a su etapa como ministro, «sin importar el cuándo ni el cómo». Es decir, lamenta, se trata de «un todo vale» sin «ningún rigor investigador».
Del mismo modo, señala que «se han citado a una ingente cantidad de testigos» pese a que algunos de ellos «poco o nada tienen que ver con la presente causa». El abogado del ex secretario de Organización del PSOE también se queja de que la rama del «caso Koldo» que se instruye en la Audiencia Nacional y el «caso hidrocarburos», aunque puedan compartir investigados, «nada tienen que ver» entre ellos «por más que se pretenda tanto por la UCO» como por el instructor.
Y en cuanto al piso del Paseo de la Castellana que adquirió Aldama y respecto al que el exministro firmó un contrato de alquiler con opción de compra, reitera que «nunca llegó a cumplirse porque no hubo entrega de dinero ni total ni parcial» por parte de Ábalos ni se produjo «el uso y disfrute de dicho inmueble» por su parte, «por lo que no ha existido beneficio económico alguno ni eventual ni real». De ahí que no entienda que el juez haya ordenado tasar el valor de la vivienda (según Aldama, está valorado en 1,9 millones de euros).
El abogado del exministro cuestiona una vez más la actuación de la UCO, a quien achaca una «falta de imparcialidad» y de actuar «extralimitándose», además de señalar a la unidad policial por las filtraciones «sobre la vida de mi defendido, lo que además denota tintes de inquina y venganza».