El oficio, que requiere de una exigencia física y una exposición al riesgo considerable, ha registrado entre enero y julio un total de 103 fallecidos en accidentes durante la jornada laboral, según se desprende de la estadística de siniestralidad laboral que publica cada mes el Ministerio de Trabajo. La cifra de fallecidos ha registrado un repunte del 25,6% en comparación con los siete primeros meses del año pasado, cuando se contabilizaban 82 decesos durante la jornada laboral (21 menos que los que llevamos en 2025). El centenar de personas que han perdido la vida mientras trabajaban en la construcción también superan los 70 fallecidos que se registraron en ese mismo periodo en 2023.
La construcción es el sector que más víctimas mortales durante la jornada (excluidos in itinere) registra de todo el tejido productivo español. Los 103 decesos en el trabajo contabilizados entre enero y julio superan con claridad los 65 del sector del transporte y almacenamiento, los 48 de las manufacturas, 29 en el sector agrario, los 24 del comercio o los 23 de los administrativos y los servicios auxiliares.
El 29% de todos los siniestros en el trabajo que se saldaron con víctimas mortales en España sucedieron en la construcción. No obstante, la siniestralidad en el sector se ha reducido considerablemente desde los tiempos de la burbuja inmobiliaria, cuando la actividad estaba disparada. Por ejemplo, en 2007 se llegaron a contabilizar 278 muertes durante la jornada, 0,76 por día. Una tasa notablemente más elevada a las 0,48 que se han registrado en 2025.
La construcción también es el sector donde más accidentes graves se registran. En lo que llevamos de año son ya 514, más que los que se ven en la industria manufacturera (355), el transporte y almacenamiento (223), el comercio (200) o el sector agrario (190).
En lo que llevamos de año, se han registrado 461 accidentes de trabajo por cada 100.000 afiliados, una tasa que duplica con creces la media nacional de 211. No obstante, es cierto que la incidencia se ha reducido en comparación con los 490 decesos por cada 100.000 afiliados que se registraban a estas alturas del año pasado.