Chancellor centró su intervención en los aspectos económicos y financieros asociados a la transición energética. Este experto afirmó que “lo que estamos viviendo se parece mucho a una burbuja”, en referencia a ciertos comportamientos de mercado observados en torno a las energías limpias. Desde su experiencia como historiador financiero, señaló que “se da por sentado que la transición va a ser rápida, cuando la realidad histórica de la adopción de nuevas tecnologías suele ser lenta”.
En su análisis, el especialista en estrategia de inversiones identificó factores que, según explicó, han sido comunes en episodios anteriores de sobrevaloración: “Las burbujas financieras comparten ciertos rasgos: promesas de crecimiento desmesurado, previsiones demasiado optimistas, respaldo institucional y una fuerte carga emocional. Todo eso lo veo hoy en torno a las energías limpias”. También destacó el papel de las condiciones macroeconómicas: “Cuando los tipos de interés estaban bajos, proyectos de energía solar o eólica parecían muy atractivos. Pero ahora, con tipos más altos, se revela lo que realmente son: inversiones intensivas en capital que ya no son tan viables como parecían”.
Por otro lado, Gonzalo Escribano abordó el contexto geoestratégico en el que se desarrolla la transición energética. Subrayó la necesidad de distinguir entre percepciones y realidades políticas y destacó el papel de Europa en un entorno internacional caracterizado por una creciente competencia estratégica. En este sentido, señaló que “estamos en un mundo de creciente rivalidad geopolítica, que se decanta claramente en rivalidad energética”, añadiendo además que, a pesar de que la presencia global de la Unión Europea es significativa, existen limitaciones operativas que deben tenerse en cuenta en la formulación de políticas energéticas a largo plazo.
Tanto Chancellor como Escribano coincidieron en la importancia de adoptar un enfoque realista y bien fundamentado frente a la transición energética. “Si queremos una transición energética real y sostenible, no puede estar basada en burbujas especulativas”, indicó Chancellor, mientras que Escribano añadió que “las preferencias ecológicas de los ciudadanos se mantienen, pero sus prioridades están evolucionando en función del contexto económico y energético actual”.
Durante el coloquio mantenido entre ambos ponentes, Edward Chancellor ha advertido sobre los riesgos de que los gobiernos impulsen determinadas tecnologías energéticas a través de subvenciones al mercado, ya que esto puede generar burbujas tecnológicas insostenibles. “Muchas subvenciones se han destinado a tecnologías aún no robustas, lo que ha supuesto enormes pérdidas sin lograr una transición energética efectiva”. Además, el historiador critica la dependencia de fuentes como el carbón y el petróleo en la producción de tecnologías renovables y resalta la vulnerabilidad que esto puede generar, tanto económica como geopolíticamente, especialmente cuando no se cuenta con sistemas de respaldo eficaces. Por último, Chancellor ha destacado cómo la presión política para descarbonizar la energía ha llevado a una politización sobre este tema, encareciendo el suministro eléctrico, desindustrializando países como el Reino Unido y generando pérdidas en el empleo.
Por su parte, Gonzalo Escribano defendió que España sí que ha avanzado en su transición energética, pasando de un 30% de energías descarbonizadas y alcanzando el 80% en el mix energético del país. “Nos encontramos en el camino de la transición energética, pero necesitamos mantener sistemas de respaldo y reducir los riesgos geopolíticos derivados de la dependencia de materiales críticos”.
En sus palabas de bienvenida, Reynés, presidente ejecutivo de Naturgy, ha planteado el gran desafío de resolver el trilema energético, que exige equilibrar tres objetivos fundamentales: la descarbonización, la asequibilidad de los precios y la seguridad de suministro. “La coyuntura geopolítica reciente, como la guerra en Ucrania o los conflictos en Oriente Medio, ha evidenciado la fragilidad del sistema energético y su fuerte exposición a factores externos, con impactos directos en los precios, como el caso del gas que llegó a multiplicar su valor por diez”. Además, Reynés, subrayó la necesidad de asegurar la competitividad de la industria europea. “Es indispensable garantizar precios asequibles, tal como subrayan los informes Draghi y Letta. Sin embargo, descarbonizar no puede reducirse solamente a electrificar, ya que existen procesos industriales que hoy no cuentan con alternativas viables de electrificación”. Como ejemplos de soluciones ante estos desafíos, el presidente de Naturgy habló del biometano como una solución realista a corto plazo. “Esto nos permitirá avanzar en la transición energética sin necesidad de cambiar redes, equipos ni instalaciones, aprovechando infraestructuras existentes”.
Reynés también se refirió al trilema energético: “Hay que encontrar un camino claro hacia la descarbonización sin perder de vista que los precios de la energía no deterioren la competitividad de la industria y la asequibilidad de la energía por parte de las familias, y siempre prevaleciendo un objetivo claro que es el de no poner en riesgo el suministro energético”.
Por su parte, el Prof. Suárez, profesor emérito del Departamento de Dirección Financiera y ex director del Campus del IESE en Madrid, indicó que “el nacionalismo, el proteccionismo y las guerras que estamos viendo en estos últimos meses están llevando hacia un mundo mucho más fragmentado, y esto refleja la relación directa entre la política climática y la geoestrategia”. Además, destacó la importancia del biometano como uno de los pilares fundamentales en los procesos de descarbonización. Este recurso representa una solución clave para avanzar hacia un modelo energético más sostenible, permitiendo reducir las emisiones sin comprometer la seguridad del suministro.