Días después y si todo sale según lo previsto el rey llamara a Sánchez y se pondrá en marcha un nuevo calendario que podría terminar en su elección como jefe del ejecutivo y así continuar en la Moncloa, pero eso también conlleva una serie de aclaraciones políticas de calado que afectaran a toda España. Por ejemplo, la ya tan sobada amnistía que además de estar ya, mas que firmada, supondría la descalificación de la Justicia española y el desembolso de importantes cantidades de dinero para la comunidad autónoma catalana que cifra sus necesidades por miles de millones en forma de derechos históricos que asustan al más pintado.
Solo con estas dos consecuencias, Sánchez debería replantearse sus aspiraciones. Cargarse a uno de los pilares de una democracia como la Justicia no dejara de pasarle factura, tarde o temprano, si antes de ello no ha emigrado, Dios sabe dónde y con que remuneración, que todo es importante.
Si además de todo ello, deja al resto de España sin capacidad de respuesta económica igualmente los ciudadanos se acordaras de él todos los días que sus necesidades mínimas se resientan en forma de peor sanidad, enseñanza, o trasporte y en general de todos los servicios que el Estado central o autonómico les presta.
Así que solo hay que esperar unos días para ver cómo se van desarrollando los acontecimientos y conocer por cuantos millones por cabeza nos ha vendido a sus insaciables socios.