El plan de inversión alcanza los 4.000 millones de dólares (3.750 millones de euros) y la parte de construcción se llevará algo más de 3.000 millones de dólares (2.815 millones de euros). El consejero delegado de ACS, Santamaría, explicó el lunes ante analistas e inversores el camino trazado por el grupo para colocarse como contratista, e incluso como promotor, de infraestructuras de nueva generación. La española busca proyectos de transición energética, digitalización, movilidad sostenible e infraestructura sanitaria y de biofarmacia. Estados Unidos es el gran mercado y Turner es su punta de lanza. “Estamos con Turner en 47 estados, con una posición respecto a la cadena de suministros y captación de talento esencial para las infraestructuras de nueva generación”, dijo Santamaría, que también habló de oportunidades en la construcción de instalaciones ligadas al hidrógeno y los semiconductores. Además, ACS pisa el acelerador en Europa para replicar el éxito de la propia Turner en Norteamérica .
La fábrica encargada por Panasonic Energy está relacionada con la expansión de la movilidad eléctrica en Estados Unidos. La asiática tiene un fuerte programa de inversiones en el país norteamericano para la producción de baterías e incluye esta iniciativa en su programa global Green Impact. Su objetivo es alcanzar las cero emisiones netas de CO2 en 2030 y haber evitado 300 millones de toneladas de gases de efecto invernadero en los próximos 30 años.
El cronograma que acompaña al contrato fija el inicio de las obras a lo largo del presente ejercicio y el arranque de la producción en marzo de 2025. La firma industrial prevé alcanzar los 30 gigavatios hora (GWh) de capacidad de producción anual. Para Panasonic es clave ganar posiciones entre sus clientes del sector de la automoción. El establecimiento de la marca Panasonic Energy se produjo hace justo un año como proveedora de tecnología innovadora en todo el mundo.