Esta alianza se ha impuesto a otros nueve consorcios en la pugna por uno de los mayores proyectos en ciernes de Adif y cuyo impulso ha promovido personalmente el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible y antiguo alcalde de Valladolid, Óscar Puente. La propuesta económica ganadora fija un precio de 215,8 millones de euros, lo que implica una baja del 13,5% con respecto los 249,49 millones presupuestados.
Tras la apertura de sobres, la UTE liderada por Ferrovial y ACS ha obtenido 97,38 puntos en la suma de las ofertas técnica y económica. Superan así a la remitida por otro consorcio participado también por el grupo que preside Florentino Pérez a través de sus filiales Dragados y Tecsa junto con Sacyr, que cosechó 96,48 puntos. En tercer lugar figura la alianza de Azvi, Copasa y Construcciones y Obras Llorente, con 95,05 puntos.
El resto de concurrentes han sido las siguientes UTEs: FCC, Comsa y Hergón, con 94,56 puntos; Puentes y Rover (94,11 puntos); Lantania, Aldesa, Copcisa y Avintia (92,51 puntos); Ortiz, Rubau, Mahoci y Vilor (91,50 puntos); OHLA, Sando y Geoxa (91,08 puntos); ASCH, Cycasa, Prace y Vinaelectric (91,01 puntos) y Acciona y Sanjose, cuya propuesta económica entró en temeridad.
El ministro Puente presentó en marzo el proyecto de la futura estación de Valladolid Campo Grande con la que se duplicará su capacidad para acoger a cinco millones de pasajeros al año o hasta 17.500 viajeros en un día laborable. El plan de Adif es que la adjudicación se formalice en próximas fechas y las obras puedan comenzar en octubre de este año. Los trabajos no impedirán la operación ferroviaria en la estación actual. El proyecto contempla la construcción de un nuevo edificio para pasajeros, la duplicación de las vías y los andenes y la transformación del entorno urbano con una nueva plaza, itinerarios para peatones y bicis y un aparcamiento subterráneo con 600 plazas, apostando por una integración en superficie y liberando espacios para la ciudad. La fachada estará envuelta por una piel textil, «que la convertirá en un icono para la arquitectura ferroviaria y para Valladolid», afirmó el ministro en marzo pasado, en cuyo diseño se ha implicado personalmente.
El objetivo es convertir Valladolid en un nuevo nodo ferroviario a nivel nacional, un punto estratégico y vertebrador de la red arterial hacia el norte, noroeste, sur y este, manteniendo la estación en el centro y transformado el entorno urbano. Para mantener la centralidad es fundamental sacar el tráfico de mercancías del interior de la ciudad, por lo que la estación sólo prestará servicios para viajeros (Alta Velocidad, Media Distancia y OSP), eliminando la infraestructura destinada a las mercancías y desviándolas por la variante del Este. Además de mejorar la operativa y la flexibilidad de la gestión del tráfico, esta medida permite reducir la superficie destinada al ferrocarril en Campo Grande, que actualmente ocupa 300.000 metros cuadrados, e impulsar una optimización de los suelos para generar nuevos espacios públicos y dar respuesta al incremento de la demanda de forma eficiente.
La modernización de la estación posicionará a Valladolid como un eje clave del sistema ferroviario nacional, listo para afrontar los desafíos del transporte en el siglo XXI, equiparándose en capacidad a estaciones como Zaragoza Delicias o Córdoba.