Para ello, reclamó un liderazgo político en un momento en el que la Unión Europea se juega su futuro dentro de un marco que permita aumentar la competitividad con un enfoque más claro que incluya la integridad de los servicios financieros.
Kindelán destacó tres puntos que las asociaciones bancarias han hecho llegar a las administraciones nacionales y europeas. Por un lado, el sector reclama adaptar la regulación a los nuevos tiempos. La banca ha acumulado 360.000 millones de nuevo capital, ha añadido capacidad de absorción de pérdidas, ha mejorado la liquidez y está mejor pertrechado. «Ya se habla de una pausa regulatoria en la Unión Europea», indicó.
El segundo eje se centraría en reducir la complejidad. De manera ilustrativa indicó que los supervisores desarrollan los reglamentos de nivel dos para detallar las normativas. «Entre 2020 y 2025 hay 440 mandatos de desarrollo de la norma general. ¿Son necesarios? – se pregunta la presidenta de la AEB- Como mínimo hay que hacerse la pregunta».
Por último, la representante de la banca destacó la necesidad de acelerar los procedimientos. Desde que llega la propuesta, el proceso de aprobación de una nueva norma son dos años y medio y luego llegan los mandatos de nivel dos, que tardan otros dos años. Casi 4,5 años para ver la implementación de los cambios de regulación. Por este motivo, instó a seguir los procesos acelerados del covid, que pueden ser un buen ejemplo.
Otro aspecto que destacó la AEB para ganar dimensión se centraría en completar la unión bancaria con el Fondo de Garantía de depósitos que permita «asegurar un nivel de protección equivalente, romper el llamado nexo soberano bancario y garantizar que las valoraciones y los costes sólo estén determinados por su perfil de riesgo, rentabilidad y solvencia y no por su nacionalidad. Esto nos dará estabilidad».
Asimismo, la presidenta de la AEB quiso poner el foco y rechazar el impuesto extraordinario: «Convertirnos en el único país con un impuesto permanente es un obstáculo que carece de sentido. El sector sigue y seguirá arrimando el hombro».
Kindelán reivindicó la aportación de 1,7 billones de crédito a nivel global del sector el año pasado, una contribución fiscal de más de 12.000 millones de euros e iniciativas sociales. La presidenta de la AEB garantizó también que no hay un problema de exclusión financiera en España. «Hay más de 72.500 puntos de contacto con los clientes y retó a destacar otro servicio público o privado con esa exposición».
La máxima responsable de la asociación bancaria, que clausuró el VII Foro de Banca de elEconomista.es, destacó el escenario de bajada de tipos aunque el ritmo no está claro. La subida de tipos ha tenido un impacto positivo pero cuando se habla de beneficios caídos del cielo en los últimos años es fruto del esfuerzo de gestión de las entidades, sostuvo Kindelán. «En los años malos y en los años buenos. Gracias a la buena gestión tenemos un sector bancario rentable con un ROE de entorno al 12%, saneado por encima de los requerimientos».
«La banca española está en un momento de gran fortaleza, enorme sensibilidad y mucha responsabilidad. Somos muy conscientes de nuevos papel en el impulso de la economía», aseveró Kindelán. La otra cara de la moneda es el precio de crédito. La banca española concede financiación más barata que el resto de la banca de países vecinos, según AEB. En julio para la vivienda en España fue del 3,45%, 55 puntos básicos por debajo de la media europea. Para las pymes era 4,62 por ciento, medio punto porcentual menos que la media europea. «Conviene recordar esto porque solo se habla de depósitos pero no hay que obviar el crédito».
El efecto negativo de la bajada de tipos sobre el margen se ve equilibrado por la demanda. Ha habido un crecimiento de las nuevas operaciones. Kindelán defendió la necesidad de que la industria sea rentable porque es la primera línea de defensa de los bancos y explicó que sin ella no se podrá hacer frente a las grandes transformaciones del sector verde y digital o la IA, la autonomía estratégica europea frente a China y EEUU.
Finalmente, la presidenta de la AEB explicó que el informe Draghi habla de un cambio radical en la política económica así como de reducir las dependencias con un refuerzo de la inversión pública y privada y la mejora de la gobernanza pero lanzó una pregunta para el debate. ¿Quién va a financiar esto?, se pregunta Kindelán. «Exigirá una mayor colaboración público privada para estimular la inversión». Por ello, el sector financiero, reunido en Budapest esta pasada semana, aplaudió el informe Draghi y recordó que es esencial recordar donde estamos. La banca financia entre el 70 y el 75% de las necesidades de inversión en Europa. No hay alternativa para las multimillonarias inversiones de los sectores digital y sostenible que se necesitan, recordó.