La rápida recuperación del tráfico de pasajeros y la mayor demanda por los servicios premium han aumentado el apetito del gestor aeroportuario español Aena por exprimir el rendimiento de su área comercial de mayor valor añadido. La entidad semipública mantiene en curso un plan dedicado a la expansión de su negocio de salas VIP en sus principales aeropuertos españoles, escenificado en varios contratos que quiso dejar atados antes de que finalizase el año.
En su misión para ampliar la red de 29 salas VIP que tiene distribuidas entre 18 aeropuertos, Aena sacó a concurso a mediados del año pasado la gestión de estas salas en los aeropuertos de Barcelona-El Prat y Palma de Mallorca, valorados en su conjunto en torno a los 150 millones de euros- han caído en manos del mismo postor: la compañía de restauración colectiva Eurest, filial española del grupo británico Compass.
En el caso del aeródromo catalán, Eurest presentó una oferta de 42 millones de euros para gestionar las salas VIP hasta ahora controladas por Gestió i Serveis Trade Center (GIS)- cuya matriz turca TAV OS opera al abrigo de Aéroports de Paris (ADP)- durante los próximos dos años, con opción a extender el contrato dos años más a través de dos prórrogas. Según revelan los pliegos, de cumplirse los cuatro años de gestión, Aena estima un valor de 110 millones para este contrato. Este activo también despertó el interés de Serunion, pero el gestor decidió excluirle del proceso antes de la presentación de ofertas.
El Prat, actualmente, cuenta con cuatro salas VIP: Canudas (780 metros cuadrados), Colomer (810 m²), Joan Miró (2.576 m²) y Pau Casals (2.500 m²). No obstante, desde Aena proyectan dos nuevas más de 900 metros cuadrados cada una, repartidas entre las dos terminales, que podrían construirse dentro del alcance del segundo año de expediente o de alguna de sus prórrogas.
Más ajustada se ha presentado la licitación en el aeropuerto mallorquín, donde la UTE compuesta por la alicantina Esatur con Sky Management -con experiencia en prestar servicios similares en Madrid, Valencia o Asturias- se ha quedado a las puertas del contrato ahora adjudicado a Eurest por una oferta ligeramente más baja de 17 millones. Al igual que en Barcelona, la compañía gestionará este servicio premium durante los próximos dos años, con opción a ejercerlo otros dos más. Un contrato que, de completarse, Aena valora en más de 44 millones.
El aeropuerto de Palma, sólo superado en tráfico de pasajeros en España por Barajas y El Prat, ofrece a sus viajeros hasta tres salas VIP: Formentor (750 m²), Llevant (1.000 m² ) y Mediterráneo (1.400 m²). Pero, en el marco de su expansión, Aena proyecta para este periodo la expansión de una nueva sala Formentor que aspira a duplicar el perímetro de la actual, junto a otra sala de 1.500 metros cuadrados y otra más reducida de 100.
Cabe recordar que, a diferencia de otros de los servicios licitados por Aena dentro de sus aeropuertos, la gestión de las salas VIP no comprende la puesta en marcha de iniciativas de explotación comercial, sino el abono de una prestación fija por servicios como gestiones organizativas, administrativas, el mantenimiento de las salas, o servicios opcionales para los clientes como el acompañamiento ‘meet & assist’.
El crecimiento de estos servicios en el negocio comercial de Aena es tal, que sólo las tiendas libres de impuestos (duty free) han aumentado más sus ingresos (+38%) que los servicios VIP (+31%), según desprenden los últimos datos facilitados por el gestor correspondientes a los nueve primeros meses de 2024. A falta de actualizar un trimestre para culminar el cierre financiero, estos servicios aportan ya 115 millones a la facturación del grupo, tan sólo cuatro menos que los 119 generados a lo largo de todo el ejercicio anterior, los cuáles ya eran un 50% superiores a los registrados antes de la pandemia.
En esta línea de negocio en la que la firma incluye otros paquetes premium y servicios ‘fast track’ y ‘fast lane’, la actividad de las salas VIP ya representa el 82% de los ingresos, tal y como explican desde la compañía, gracias al mayor aforo disponible y al ‘boom’ de la demanda, que se ha disparado un 24% en el último año. Aena quiere traducir este auge en una nueva línea de riqueza de la que espera generar 160 millones en 2026, tal y como esgrimió en la actualización de su plan estratégico.