Se prevé que las firmas de seguridad pongan a trabajar para Aena cerca 5.500 vigilantes y más de 2.000 auxiliares. Fuentes conocedoras del borrador del pliego hablan de un plazo de cinco años de servicio, con una posible prórroga de un año adicional, con el fin de dar la mayor estabilidad posible a las adjudicatarias. Se sube desde los dos años del último concurso.
Las aspirantes a entrar en Barajas, El Prat y demás plazas bajo gestión de Aena tendrán que ajustar sus ofertas a la parte alta de la horquilla de viajeros ofrecida por la compañía en su plan estratégico 2022-2026. Esto es unos 286 millones de viajeros en este 2023 (tras la actualización de final de febrero); 288 millones en 2024; la cifra prevista para 2025 sube a 301 millones de usuarios, y para 2026 se estima un techo de 315 millones. El récord vigente para Aena se alcanzó en 2019, cuando atendió a 275 millones de pasajeros que despegaron o aterrizaron en España.
El último concurso para gestionar los sistemas de seguridad y cubrir los pasos de control en los aeropuertos, con un presupuesto de licitación de 303 millones y resuelto en noviembre de 2020, estuvo rodeado de polémica al reflejar el alza de costes laborales que salió de las huelgas de 2018. Ese conflicto llegó a paralizar El Prat y supuso una crisis sin precedentes para Vueling. Tal fue ese impacto que los grandes de la seguridad, como Prosegur, Securitas y Eulen, decidieron no presentar ofertas ante lo que entendían como márgenes excesivamente estrechos.
La gran ganadora entonces fue la firma balear Trablisa al adjudicarse seis de los 13 lotes que fueron licitados por 168 millones y con un periodo de duración de dos años, ampliables a un tercero. Cuatro lotes de aeropuertos quedaron desiertos.
Trablisa sustituyó a Ilunion en Barajas y había prorrogado sus servicios en Barcelona-El Prat, Palma de Mallorca, Alicante, Almería, Menorca e Ibiza. También incorporó el lote Canarias Este (Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura), donde trabajaba Ilunion; se llevo el conjunto de aeropuertos de Canarias Oeste (Tenerife Sur y Tenerife Norte); desplazó a Segurisa del lote Norte (Bilbao, Asturias, Santander, Santiago, A Coruña y Vigo); relevó a ICTS en Sevilla y Jerez, y se apuntó la seguridad de los aeródromos con menos de 400.000 viajeros.
Prácticamente desapareció Ilunion y Eulen perdía toda su presencia en infraestructuras de Aena, al igual que ICTS. Segurisa, por contra, consolidó sus servicios, y entró Grupo Sureste con los lotes Noroeste (Valencia, Girona y Zaragoza) y Andalucía Este (Málaga y Granada). Entre las grandes del sector de la seguridad cundió el argumento de que los aeropuertos, en los que Prosegur siempre ocupó una posición de dominio, habían quedado en manos de empresas medianas. Un extremo sobre el que Aena quitó hierro.