No obstante, advierte de la complejidad del contexto y avanza que actualizará sus estimaciones y su valoración cuando disponga de información completa del Plan Fiscal y los datos de Contabilidad Nacional
Señala que la petición de aval se produce en un momento complejo en el que el Gobierno está negociando la senda de ajuste del Plan Fiscal Estructural de medio plazo con la Comisión Europea, que puede afectar a las previsiones Recuerda que también se está produciendo una revisión por parte del Instituto Nacional Estadística (INE) que añade más dificultad, puesto que falta información esencial para valorar la senda del PIB del Ejecutivo
Con la información disponible y a pesar de las limitaciones, la AIReF actualiza sus previsiones y espera que el PIB real aumente un 2,8% en 2024, un 2,3% en 2025 y un 2% en 2026, en un escenario sin medidas
Aunque se desconoce aún la naturaleza de las medidas que conforman el Plan Fiscal y el perfil temporal de su implementación, la AIReF elabora un segundo escenario para determinar si la senda del Gobierno es factible una vez que se incorpora un eventual ajuste fiscal, y calcula que la magnitud del ajuste requerido podría reducir el crecimiento al 2% en 2025 y al 1,8% en 2026
En este segundo escenario, las previsiones del Gobierno se situarían en el límite superior de la banda central de previsión de la AIReF, por lo que la Institución avala las cifras del Gobierno
La AIReF reitera a los Ministerios de Economía y de Hacienda la necesidad de facilitar más información sobre las medidas presupuestarias y fiscales incorporadas en el escenario macroeconómico o, en caso contrario, recomienda realizar el proceso de aval en dos etapas como otros países
Recomienda al INE valorar la adecuación de los calendarios de publicación de las estadísticas a las necesidades del ciclo presupuestario
Con el fin de mejorar la implementación de las nuevas reglas fiscales, considera que el Gobierno debería elaborar un escenario económico completo al menos con un horizonte de cuatro años
Recomendaciones
La AIReF ha reiterado en diversas ocasiones la necesidad de disponer de más información sobre las medidas de carácter presupuestario y fiscal incorporadas en el escenario macroeconómico. En las circunstancias actuales, resulta esencial para elaborar un cuadro macroeconómico consistente y coherente con el escenario fiscal y evitar así posibles errores en el diseño del Plan Fiscal, que estará vigente durante los próximos 4 años. Por ello, la AIReF reitera a los Ministerios de Economía, Comercio y Empresa y de Hacienda que faciliten más información sobre las medidas de carácter presupuestario y fiscal incorporadas en el escenario macroeconómico. En caso contrario, la AIReF estimaría oportuno que, siguiendo las buenas prácticas de otros países del entorno, el proceso de aval se realizase en dos etapas: una en la que se valoraría solo un cuadro macroeconómico inercial y otra del cuadro completo tras conocer el detalle de las medidas propuestas.
Por otro lado y a pesar de la revisión extraordinaria de este año, la AIReF recuerda que el calendario habitual del INE lleva a que cada año se elaboren los presupuestos sin disponer de información sobre las cuentas de los sectores institucionales, por lo que le recomienda valorar la implementación de las recomendaciones del grupo de trabajo técnico sobre el uso en el contexto de la pandemia de las fuentes de información coyuntural subyacente a los principales indicadores macroeconómicos, en especial las relativas a la adecuación de los calendarios de publicación de las estadísticas a las necesidades del ciclo presupuestario.
Orientación de buenas prácticas
Además, la AIReF considera que el Gobierno debería elaborar un escenario económico completo al menos con un horizonte de cuatro años, con necesidades de inversión y de gasto y el detalle de las medidas fiscales, dado que los Planes Fiscales Estructurales tendrán una duración de cuatro años. Según la AIReF, el nuevo marco fiscal europeo ha de descansar en una estrategia genuina de planificación presupuestaria a medio plazo para aumentar la probabilidad de que los gobiernos puedan hacer frente a las exigencias de gasto que requiere hacer frente a los desafíos sociodemográficos asociados entre otros a la transición demográfica y climática y reducir al mismo tiempo los elevados niveles de deuda.