Desde el techo alcanzado en el primer trimestre de 2021 (124,2%), la deuda ha bajado es de 19,8 puntos, pero todavía se mantiene 6,8 puntos por encima del nivel previo a la pandemia.
Según la AIReF, el crecimiento económico sigue siendo el principal impulsor de la disminución de la ratio. En el periodo 2020-2023, su aportación a la reducción de la deuda ha sido de 20 puntos, mientras que un déficit público con una tendencia decreciente ha ayudado a consolidar la reducción. Por su parte, la última revisión del PIB ha supuesto una reducción de 2,9 puntos como efecto de un mayor denominador del cociente. A pesar del descenso, España es en la actualidad uno de los países de la Unión Económica y Monetaria (UEM) con mayores niveles de deuda, por detrás de Grecia, Italia, Francia y Bélgica.
• La deuda pública se situó en el 104,4% del PIB en el tercer trimestre, 7 décimas por debajo del cierre de 2023, aunque España sigue siendo uno de los países con mayores niveles de deuda de la UEM • El crecimiento se mantiene como principal impulsor de la disminución de la deuda y explica 20 puntos de su reducción en 2020-2023, mientras que la última revisión del PIB ha supuesto una reducción de 2,9 puntos • La AIReF repasa el descenso de la inflación en la Eurozona, las bajadas de tipos del BCE y la FED, la normalización de las condiciones monetarias y la estrategia de financiación del Tesoro para 2025 • En su proyección inercial, la AIReF estima una reducción de la deuda de 7,2 puntos respecto al nivel de 2023, hasta el 98% del PIB en 2029, y cree que podría retomar una senda ascendente a largo plazo en un escenario a políticas constantes, situándose en el 108,9% en 2041 • La AIReF repasa también la entrada en vigor de las nuevas reglas fiscales y los primeros Planes Fiscales y Estructurales a Medio Plazo (PFEMP) de los países miembros • El PFEMP español contiene un compromiso de crecimiento del gasto primario neto de un promedio anual del 3% entre 2025 y 2031, superior al que estima la AIReF en un escenario a políticas constantes, por lo que exigirá medidas adicionales • Según las proyecciones de la AIReF, el cumplimiento de este compromiso rebajaría la deuda en 21,4 puntos en 2041, frente a los 42,4 puntos que estima el Gobierno • La AIReF insiste en que el PFEMP no ofrece detalle suficiente de las medidas para cumplir los compromisos, por lo que no constituye una herramienta útil de planificación presupuestaria a medio plazo
En el Observatorio, la AIReF repasa también la evolución de la inflación en la Eurozona, que ha mostrado una tendencia descendente en el último año, acercándose al objetivo del 2% del Banco Central Europeo (BCE), con expectativas de estabilidad en los próximos años. En este contexto y junto a ciertas señales de desaceleración económica y enfriamiento del mercado laboral, la política monetaria está transitando hacia una fase de relajación, pasando de restrictiva a neutral. Tanto el BCE como la FED han optado un ajuste gradual de los tipos de interés y los mercados esperan que las reducciones continúen a lo largo de 2025, hasta valores del 2% y 3%, respectivamente.
En paralelo, en el último año, los principales bancos centrales han avanzado en la reducción de sus balances con el objetivo de normalizar las condiciones monetarias. Los balances de BCE y la FED seguirán reduciéndose en 2025 y podrían situarse alrededor del 40% y 20% del PIB, después de alcanzar un máximo de 66% y 37%, respectivamente. Esta reducción ha sido compensada por una sólida demanda de los inversores privados.
En España, los inversores extranjeros son los principales tenedores de deuda pública, con el 45,1% del total, aunque destaca la velocidad e intensidad de las compras de Letras del Tesoro por parte de los hogares, con un incremento histórico superior a los 26.000 millones de euros hasta octubre de 2024, lo que supone más de un tercio (36,2%) del total de las tenencias. España mejora su posición en los mercados de deuda En los dos últimos años la rentabilidad de la deuda soberana ha mostrado una evolución bastante estabilizada en los distintos plazos y países. Dentro de los grandes emisores europeos, España ha mejorado su posición relativa, mientras que Francia se ha deteriorado por su inestabilidad política y fiscal.
La prima de riesgo española ha mostrado una tendencia a la baja, situándose en niveles similares a los de octubre de 2021, por debajo de los 70 puntos básicos. En septiembre de 2024, la rentabilidad del bono español a 10 años se igualó con la del bono francés, un hito no observado desde 2007. En cuanto a la financiación del Estado, el coste medio de las nuevas emisiones del Tesoro ha marcado un punto de inflexión en 2024, reduciéndose 28 puntos básicos, hasta el 3,16%, mientras que la vida media de la cartera sigue en valores máximos en torno a los 8 años. Esto ha permitido suavizar el impacto de la subida de los tipos de interés, de manera que, el coste medio de la deuda en circulación ha subido sólo 57 puntos básicos desde su mínimo histórico en 2021, frente a la subida acumulada de 350 puntos básicos de los tipos oficiales en el mismo período.
Para 2025, el Tesoro Público propone aumentar las emisiones netas 5.000 millones de euros, hasta 60.000 millones, y la emisión bruta a 278.448 millones, un 7,4% más. El Tesoro pretende seguir promoviendo la diversificación de la base inversora a través de la emisión de bonos verdes y bonos ligados a la inflación. Adicionalmente, se recibirán por primera vez importes significativos de préstamos europeos del programa Next Generation EU. Proyecciones de la AIReF y nuevas reglas fiscales La AIReF estima en su proyección inercial en el medio plazo una reducción de la ratio de deuda de 7,2 puntos de PIB respecto al nivel de 2023 y la sitúa en el 98% en 2029. La reducción vendrá sustentada por el crecimiento del PIB nominal, donde el deflactor tendrá una contribución muy notable.
La moderación de la contribución del crecimiento nominal supondría una ralentización en la reducción de la deuda, que se agotaría a final de la década. A largo plazo, la AIReF estima que la deuda podría retomar una senda ascendente en un escenario a políticas constantes, situándose en el 108,9% en 2041. La AIReF repasa también el nuevo marco de gobernanza económica en la UE, que comenzó su implementación en 2024 con la presentación de los Planes fiscales estructurales a medio plazo (PFEMP) por parte de la mayoría de los Estados miembros. Estos planes se configuran como el principal documento presupuestario multianual sustituyendo a la Actualización del Programa de Estabilidad y contemplan, como elemento central, una senda de crecimiento del gasto primario neto que permanecerá fija durante 4 años.
Con esta senda se pretende garantizar una trayectoria descendente de la deuda en el medio y largo plazo. En el caso de España, el PFEMP contiene un compromiso de crecimiento del gasto primario neto de las Administraciones públicas de un promedio anual del 3% entre 2025 y 2031, equivalente a un crecimiento acumulado del 23,3% hasta 2031 y con un perfil decreciente en el tiempo. Este compromiso es superior en tres décimas en promedio a la trayectoria de referencia remitida por la Comisión Europea en junio de 2024.
Medidas adicionales
De acuerdo con las estimaciones de la AIReF, para garantizar el cumplimiento de la senda comprometida, será necesario adoptar medidas adicionales a las recogidas en el escenario a políticas constantes de la AIReF. Mientras que el PFEMP recoge un crecimiento promedio del gasto del 3% en el periodo 2025 a 2031, el escenario sin medidas de la AIReF estima un promedio anual del 3,6%. Bajo el supuesto de que se cumple la senda de gasto comprometida, el Gobierno estima que la deuda podría reducirse en 42,4 puntos en 2041 respecto al escenario inercial sin ajuste. En cambio, la AIReF proyecta una menor reducción, de 21,4 puntos, aun cuando se alcancen las tasas de evolución del gasto neto comprometidas. Desde el punto de vista de AIReF, el PFEMP presentado por el Gobierno, si bien puede ser acorde con las orientaciones de la Comisión Europea de junio, no ofrece detalle suficiente de las medidas que se pretenden introducir para cumplir con el compromiso de gasto, por lo que no constituye una herramienta útil de planificación presupuestaria a medio plazo.