Es decir, entre julio de 2023 y julio de este año se han creado prácticamente un millón de empleos netos en España. ¿Es esta cifra positiva? Sin duda, es muy reseñable que el mercado de trabajo haya sido capaz de generar ese nivel de empleo adicional -otro debate tiene que ver con la evolución de las horas trabajadas y la productividad-. Pero un elemento de contraste está relacionado con la evolución de los demandantes de empleo. Dicho de otro modo, ¿el ritmo de creación de puestos de trabajo está siendo suficientemente alto como para reducir el volumen de las personas que demandan un empleo? La respuesta a esta pregunta no es muy positiva. La cifra total de demandantes de empleo en la actualidad, 4.281.503 personas, se ha reducido en el último año, pero en una magnitud modesta: ha experimentado un descenso de 27.576 personas, una reducción de solo un 0,64%. Y en el cómputo de los últimos dos años la disminución en el volumen de demandantes asciende a 38.965 personas. En dos años se acumula un descenso de un 0,90%, en un período en el que, como se ha indicado, se han creado casi 974 mil empleos. La reflexión es, por tanto, que, pese a que el mercado de trabajo goza de buena salud en cuanto al ritmo de creación de empleo, no está siendo capaz de absorber el número de demandantes de empleo, por lo que tiende a dualizarse la situación laboral. Unos afortunados, cada vez más, consiguen trabajar, mientras que casi 4,3 millones de personas experimentan dificultad de acceso al mercado laboral.