El estudio muestra que las capitales de provincia costeras alcanzan rentabilidades de hasta el 8%, mientras que las zonas de playa oscilan entre el 1,7% y el 4,2%, una diferencia que se explica por el modelo de explotación estacional. Sin embargo, los datos revelan que, en más de la mitad de las costas analizadas, dos meses de alquiler vacacional generan más del 50% de lo que se obtendría en un año completo en la capital, confirmando el atractivo económico de estas inversiones pese a su aparente menor rentabilidad porcentual.
Con rentabilidades que oscilan entre el 1,72% de la Costa Vasca y el 4,25% de Baleares, el porcentaje calculado en costa resulta inferior al de las capitales de provincia debido a que solo se contabilizan dos meses de alquiler. “Sin embargo, el alquiler vacacional en costa combina lo mejor de dos mundos: genera ingresos significativos durante julio y agosto mientras permite al propietario disfrutar de su vivienda durante los diez meses restantes», señala Font, director de Estudios de pisos.com.
Los datos confirman que este modelo está redefiniendo la inversión inmobiliaria en las zonas costeras españolas: propietarios en la Costa del Sol obtienen 10.648€ en solo dos meses, equivalente al 66,7% de los 15.965€ del alquiler anual en Málaga capital. Casos similares se dan en la Costa Blanca, donde los 8.192€ de verano generan el 61,67% de lo que se obtendría en un año completo en Alicante (13.284€). «Muchos inversores valoran poder cubrir gran parte de los gastos anuales de la propiedad con solo dos meses de alquiler, manteniendo la vivienda disponible para escapadas y vacaciones el resto del año».
El análisis de pisos.com revela que las capitales con mayor rentabilidad son Tarragona (8,07%), Castellón de la Plana (7,05%) y Almería (6,94%), beneficiándose de precios de compra contenidos y demanda estable durante todo el año. «Estas ciudades combinan una demanda constante tanto de residentes como de trabajadores desplazados con precios de adquisición razonables, creando condiciones óptimas para los inversores tradicionales», explica el experto. En el extremo opuesto, Donostia-San Sebastián registra solo un 3,67% de rentabilidad, seguida de Palma (4,35%) y Cádiz (4,60%), influenciadas por sus elevados precios de adquisición que, en el caso donostiarra, superan los 591.000€ de media.
En cuanto a las costas, Baleares lidera el ranking con un 4,25% pese a tener el precio de compra más alto (479.315€), mientras que la Costa Vasca, con viviendas a 432.209€ de media, alcanza el 1,72% de rentabilidad en los meses de verano.
Todo ello hace se prevea que la inversión en real estate crezca más de un 10% anual este ejercicio, un dato respaldado tanto por una inflación controlada como por unos tipos de interés en descenso, lo que mejora la confianza de los inversores. Además, según Inviertis, el precio de la vivienda aumente más de un 5% este año, impulsado por una demanda sólida y una oferta limitada. Según las previsiones de Inviertis, el segmento «living» liderará la inversión, concentrando entre el 30% y el 35% del total, reflejando el interés en activos residenciales.
Las diferencias entre zonas costeras son notables: mientras la Costa del Garraf genera 12.128€ en dos meses con viviendas valoradas en 550.057€ de media, la Costa de Almería obtiene 4.216€ con precios de compra de solo 140.115€. «La demanda de alquiler vacacional se mantiene especialmente robusta en destinos consolidados como Baleares o la Costa Brava, donde dos meses de alquiler pueden generar ingresos equivalentes a un año completo en sus respectivas capitales», señala Font.
Esta realidad está atrayendo un nuevo perfil de inversor que busca algo más que rentabilidad pura. En Canarias, los 7.872€ de julio y agosto representan el 61% de un alquiler anual en Santa Cruz de Tenerife, mientras que en la Costa Dorada se alcanzan los 7.296€, más de la mitad de los 12.856€ anuales en Tarragona. «Ya no hablamos solo de inversores tradicionales, sino de familias que buscan una segunda residencia que se pague parcialmente sola, representando un cambio de paradigma en la inversión inmobiliaria costera donde el valor emocional y el retorno económico van de la mano», concluye el director de Estudios de pisos.com.