El fuerte crecimiento del alquiler de temporada en España está tensionando al alza el precio del alquiler tradicional de larga duración, especialmente en las grandes ciudades españolas. Según datos de la red inmobiliaria nacional donpiso, el precio medio del alquiler residencial ha subido por encima del 10% interanual en capitales como Barcelona, Madrid, Valencia, Málaga o Bilbao debido, en parte, a la reducción de la oferta provocada por el trasvase de viviendas al mercado temporal.
“El alquiler de temporada se ha convertido en una vía de escape para muchos propietarios que quieren rentabilizar sus viviendas sin quedar sujetos a las limitaciones de la Ley de Vivienda”, explica Bermúdez, subdirector general de donpiso. “Esto está generando una contracción preocupante de la oferta de alquiler tradicional, lo que presiona aún más los precios para las familias que necesitan una vivienda habitual”.
El perfil del arrendador que opta por el alquiler de temporada es, mayoritariamente, el de un propietario particular con una única vivienda en propiedad que busca obtener mayores rentabilidades. En paralelo, el inquilino típico de este formato es un directivo desplazado, un nómada digital o un estudiante internacional, con estancias inferiores al año. “Son perfiles solventes, con ingresos medios mensuales superiores a los 2.500 euros, lo que permite justificar rentas que superan fácilmente los 1.200 €/mes por estancias de 6-9 meses”, detalla Bermúdez.
Mientras tanto, el inquilino medio de larga duración está viendo cómo se aleja la posibilidad de acceder a una vivienda asequible. La renta media de los contratos residenciales firmados este año a través de donpiso se sitúa en Barcelona, en los 1.300 €/mes, y en Madrid, en 1.250 €/mes. “Con un salario medio neto que no llega a los 1.600 euros en muchas provincias, estas cifras suponen una barrera real para miles de familias trabajadoras”, advierte el directivo.
Desde donpiso, se insiste en la necesidad de una regulación específica del alquiler de temporada, que evite que esta fórmula se utilice de forma fraudulenta para esquivar la normativa de control de precios y contratos estables. “Si no se actúa pronto, el desequilibrio entre oferta y demanda en el alquiler tradicional será estructural, y cada vez más ciudadanos quedarán fuera del acceso a una vivienda digna”, concluye Bermúdez.