El análisis deja al descubierto que ninguna de las medidas en materia de alquiler que se han adoptado en los últimos años ha funcionado, a pesar de ser este un tema muy relevante en la agenda política», señala su portavoz, Iñareta.»En un momento crítico como el que se vive actualmente en los grandes mercados españoles se hace necesario un giro de 180 grados en las políticas de vivienda, que logre reequilibrar las relaciones entre propietarios e inquilinos y consiga aflorar un volumen importante de nueva oferta que pueda revertir la peligrosísima tendencia en la que los alquileres se han instalado en los últimos cinco años», añade. Según sus datos, la actual situación de los precios de los alquileres se explica, sobre todo, por la presión que ejerce la demanda sobre una oferta cada vez más escasa de arrendamientos habituales.
El stock de viviendas de alquiler permanente ha caído un 41% frente a 2019, mientras que las familias que demandan una vivienda para alquilar se ha disparado más de un 260% entre el primer trimestre de 2020 y el primer trimestre de 2024.
En estos cinco años de descenso de la oferta de viviendas del alquiler habitual se ha registrado, en cambio, un incremento del stock de arrendamiento de temporada de un 182% y de hasta un 93,5% para los pisos compartidos.
Todo ello ha llevado a que el porcentaje de los ingresos del hogar necesario para acceder a una vivienda de alquiler en este arranque de año se encuentre en el 34,5%, superando el máximo recomendado por los expertos, y con un incremento frente al primer trimestre de 2019 (33%).