La OPEP llegó a dominar el 40% de la producción mundial de petróleo en 2006, frente al 31% de la actualidad. Frente a los recortes y el estancamiento de la producción en la OPEP para mantener unos precios elevados, el boom del petróleo de América ha sido espectacular. Atendiendo solo al petróleo crudo (sin tener en cuenta los derivados), la producción en EEUU ha pasado de los 7 millones de barriles diarios en 2013 a los más de 13 millones diarios de hoy, según revela el último informe de la AIE.
La producción casi se ha duplicado. Incluyendo derivados, EEUU está a punto de producir 20 millones de barriles diarios. En el caso de Brasil, la producción de crudo se ha multiplicado por más de tres hasta los 3,5 millones de barriles diarios de crudo desde principios de los 2000. Aunque este fenómeno es cosa de varios países americanos, sin duda, EEUU se encuentra a la cabeza. Al igual que Arabia Saudí es el líder de factor de la OPEP, EEUU se ha establecido como el principal motor de producción de crudo en América: «El ritmo de crecimiento de la producción estadounidense sigue desafiando las expectativas, con una producción récord que supera la marca de los 20 millones de barriles diarios (incluyendo condensados)», señala el informe de la AIE.
El boom petrolero de América no se queda solo en grandilocuentes titulares, está teniendo un impacto notable en el mercado de crudo (los precios siguen aletargados), poniendo contra las cuerdas a Arabia Saudí, que sufre de primera mano la oleada de petróleo americano: «La oferta récord de América, el aumento de los envíos iraníes y las sanciones a las exportaciones de petróleo rusas han alterado los flujos comerciales mundiales de petróleo, expulsando a Arabia Saudí y a otros productores centrales de Oriente Medio de los principales mercados de exportación», según revela la Agencia Internacional de la Energía.
Las refinerías de Europa y EEUU han reemplazado el crudo ruso casi en su totalidad con suministros de procedentes de la propia ‘Cuenca Atlántica’ (EEUU, Brasil, Guyana, Canadá…). Esto ha llevado a los principales productores de la OPEP+ a recortar el suministro al mercado con Arabia Saudí asumiendo la mayor parte del esfuerzo de gestión del mercado». Las exportaciones de los productores de la ‘Cuenca Atlántica’ aumentaron en 1,6 millones de barriles diarios entre el tercer trimestre de 2022 y el tercer trimestre de este año, mientras que las exportaciones que se encuentran al este del Canal de Suez (Arabia Saudí, Irak, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos…) cayeron en 800.000 barriles diarios durante el mismo período.
No obstante, la caída de las exportaciones de estos países a sus clientes clave ha sido mayor de lo que dicen los números anteriores: «Las entregas al este del Canal de Suez cayeron en realidad en 1,5 millones de barriles diarios si no tiene en cuenta el incremento de las exportaciones de Irán». Mientras que Arabia Saudí y sus aliados están reduciendo la producción y los envíos de crudo, Irán, pese a formar parte de la OPEP, ha disparado su producción de petróleo en el último año. Arabia Saudí es, sin duda, el gran damnificado. Esto está enfadando a Riad que ya valora otras opciones de cada a futuro con el petróleo.
«En el comercio al este de del Canal de Suez, la creciente producción de la ‘Cuenca Atlántica’ y los nuevos barriles iraníes exigieron grandes recortes por parte de Arabia Saudí (-800.000 barriles diarios) y, en menor medida, de los Emiratos Árabes Unidos (-240.000 barriles diarios), mientras que Kuwait (-320.000 barriles diarios) y Omán (-70.000 barriles diarios) también redujeron sus exportaciones», señala la AIE. Las sanciones de Occidente a Rusia prometían convertirse en una fiesta para la OPEP. Sin el petróleo ruso compitiendo, la OPEP creyó que Europa y EEUU recurrirían en mayor medida al crudo producido en Oriente Medio.
Sin embargo, nadie habría apostado a que Europa y América pudieran sustituir buena parte del petróleo ruso con producción propia y ajena a los países de Oriente Medio. «En la ‘Cuenca del Atlántico’, el vacío dejado por el desvío por Rusia se ha llenado con un aumento de la producción y las exportaciones de numerosos productores regionales, pero particularmente de EEUU, Brasil Noruega y Nigeria», señala la AIE.
Esto no ha sido un movimiento para castigar a la OPEP, simplemente ha sido producto del mercado: «Unos precios de venta oficiales (OSP) saudíes más altos llevaron a los compradores en Estados Unidos y Europa a buscar barriles locales más competitivos –aunque óptimos–, lo que resultó en un cambio sustancial en la calidad del crudo hacia grados más ligeros», aseguran desde la AIE. Pese a todo, se espera que poco a poco la situación vaya retomando lo que se considera como normal en el mercado de petróleo. Si la OPEP decide suavizar los recortes en su producción de petróleo y rebaja el precio de su crudo, los envíos desde Oriente Medio a Europa y EEUU se incrementarán durante 2024.
Al mismo tiempo, la hazaña de los productores de América podría perder fuerza en 2024, puesto que se considera que la mayor parte de los países de ese continente están produciendo crudo casi al límite de su capacidad. Sin embargo, la situación seguirá sin ser sencilla para Arabia Saudí y sus aliados: «Los flujos comerciales seguirán cambiando en 2024 a medida que el rendimiento de las refinerías de la ‘Cuenca Atlántica’ de la OCDE se estanque o disminuya, mientras que la producción de crudo de las Américas aumentará en casi 1,2 millones de barriles diarios. El continuo contagio al mercado asiático puede desafiar aún más la gestión de la oferta por parte de Arabia Saudí y otros productores importantes de Oriente Medio», sentencian desde la AIE.