Los turnos de palabra se han sucedido uno tras otro sin apenas interrupciones menos las de algunos representantes de izquierda que, en términos generales, han sido los más acalorados en la defensa de la ley de amnistía. «Esperemos respeten el honor de este parlamento», rogó el presidente de la Cámara antes de empezar. Su ruego apenas duró 30 minutos.
La primera y última intervención le corresponde a la presidencia del Consejo que, como era de esperar, no estaría representada por Pedro Sánchez. El presidente español tenía otras preocupaciones, se entiende. En su lugar estuvo Ángeles Moreno quien, con un tono seco, casi aburrido, enumeró la ristra de valores europeos que dicen defender sin que, curiosamente, señale que ninguno de esos valores ha sido respetado por aquellos a los que pretenden amnistiar.
Hemiciclo del Parlamento Europeo en Estrasburgo en donde tendrá lugar el debate
El comisario Reynders Intentó parecer imparcial esgrimiendo el Informe sobre el Estado de derecho que publica la Comisión anualmente desde hace cuatro años.
Queriendo o sin querer, sembró de oportunidades a ambos bandos para atacarse. Criticó el bloqueo del CGPJ por parte del Partido Popular que «no se ha renovado a pesar de la urgencia y no se ha tomado medias para mejorar el proceso de nombramiento de los jueces».
Después criticó al PSOE por nombrar cargos en Justicia con vínculos políticos directos como es el caso de Delgado, y señaló la «incompatibilidad de cargos judiciales con cargos públicos» ya que «los jueces no pueden convertirse en políticos inmediatamente».
En su opinion, «la situación en España sigue siendo una cuestión interna que tendrá que dirimirse según su orden constitucional». Pero a contiunuacion añadio que «la Comisión Europea seguirá muy de cerca esta ley de amnistía».
No hay precedentes de debate sobre una ley no aprobada pero, por otro lado, hasta el mismo comisario Reynders ha reconocido que la situación es excepcional: la multitud de solicitudes, preguntas y ruegos recibidas por la Comisión de ciudadanos, políticos, grupos parlamentarios y asociaciones no las han podido dejar de lado.
Los liberales, populares y la derecha han sacado una batería de ejemplos de lo que realmente significaría para el Estado de derecho y para la independencia judicial que se aprobara una ley semejante. La izquierda, como es habitual, ha usado argumentos más emotivos y ha intentado comparar la propuesta del PSOE con las 54 amnistías que han existido previamente. Lo que sí ha quedado claro es que la Comisión hoy no se iba a mojar por mucho que los de uno u otro lado tiraran hacia donde les interesara. La situación es muy delicada y no quieren dar un paso en falso.
Reynders se ha remitido al Informe de situación del Estado de derecho que publica la Comisión cada año desde hace cuatro en el que, por cierto, ha dado palos al Partido Popular por no renovar el CGPJ. No hace falta decir que esto lo ha utilizado el PSOE para hacer sangre. Sin embargo, el PP no ha hecho lo mismo con todo el resto de las faltas listadas por el comisario