De este modo, el estudio –presentado este miércoles por el economista jefe de BBVA Research, Cardoso, y por el director de la territorial sur, Francisco Jerez– ha señalado que «a pesar de los efectos de la sequía y el lastre que supone la producción de bienes de equipo para la industria, la economía andaluza se ha mantenido sólida y la creación de empleo mostró una aceleración en el primer semestre del año». Las áreas urbanas de Málaga y Sevilla «presentaron un dinamismo superior a la media regional». Por sector, destacó sobre todo el empuje del comercio, la hostelería, los servicios públicos y las actividades profesionales. «Sin embargo, Andalucía estaría todavía resintiendo el retroceso de la afiliación agraria afectada por la sequía, cuyo efecto se nota en mayor medida en las áreas no urbanas».
En esta recuperación de la actividad, el gasto con tarjeta de crédito por parte de clientes de BBVA y no clientes en TPV del banco en Andalucía ha mantenido «un crecimiento en torno al 11% interanual en los nueve primeros meses del año». A este respecto, la llegada de visitantes extranjeros a los hoteles de Andalucía y sus pernoctaciones han aumentado «a un ritmo medio superior al 14% interanual en los últimos 9 meses, alrededor de 4 puntos por encima del promedio nacional». Ello permite que el aumento del gasto con tarjetas extranjeras supere el incremento observado en España.
Al hilo de esto, distintos factores han apuntado a que en la comunidad «se abrirá un diferencial positivo» con la economía española. En primer lugar, la mayor afluencia turística en la región «está acelerando el parque de plazas hoteleras, en mayor medida en temporada baja». En los primeros nueve meses de 2024, el número de plazas hoteleras disponibles superó en un 3% las del mismo período de 2019 (4% en España). Esto ha permitido a la región «incrementar los precios e ingresos unitarios hoteleros desde 2023, aunque el posible aumento de la saturación podría frenar los ingresos».
Además, en lo que va de año, el crecimiento de las exportaciones de bienes ha repuntado hasta el 7,6% «gracias a la recuperación de las de alimentos». En términos nominales, las ventas al exterior superan en un 25% las de 2019 (32% en España). Pero en términos reales, estas se sitúan aún un 13% por debajo del nivel alcanzado pre-pandemia (-2% en España). La inversión en bienes de equipo en Andalucía se ha acelerado hasta situarse un 11% por encima de los niveles precrisis (26% en España). De la misma forma, las matriculaciones de vehículos industriales muestran «una elevada fortaleza».
De acuerdo con BBVA Research, la economía andaluza «enfrenta retos estructurales que podrían limitar el crecimiento futuro, como los cuellos de botella en algunos sectores que estarían limitando la producción industrial, y el bajo nivel de inversión y productividad, en particular en vivienda». La falta de vivienda a precios asequibles podría «limitar la atracción de capital humano». La desaceleración es especialmente relevante en Málaga y las áreas urbanas no capitalinas (Costa del Sol, Roquetas de Mar y el Ejido), con más peso de los sectores turísticos.
Además, «la escasez de vivienda nueva presiona los precios al alza». Andalucía es una de las comunidades donde mayor diferencia hay entre el volumen de viviendas iniciadas y el número de hogares creados entre 2021 y 2023. Este mayor desequilibrio propicia «la subida de los precios e incentiva la industria de la construcción, tal y como reflejan los datos de precios y de visados de la región». En los últimos años el precio de la vivienda en Andalucía está «creciendo a tasas superiores a la media nacional».