La organización ha trasladado ya al Gobierno que el proyecto que aprobó el pasado 4 de febrero por el que la jornada baja a 37,5 horas, tendrá un coste para sus asociados de 461 millones –el importe es de 2.888 millones para el conjunto del sector– y tendrá como consecuencia inmediata una congelación de los sueldos.
La patronal acordó en marzo de 2023 con los sindicatos UGT, CCOO, Valorian y Fetico, una subida salarial histórica del 17% en los cuatro años de vigencia del nuevo convenio, el mayor de toda España con cerca de 240.000 trabajadores. El acuerdo, que suponía un alza del 4,5% fijo en 2023 y 2024, del 3% en 2025 del 2% en 2026, permite alcanzar al final del periodo un salario mínimo en el sector de 18.000 euros. Además, y según se pactó entonces, los trabajadores están percibiendo un variable no consolidable asegurado del 3% en los tres primeros años del convenio, a un 1% en cada uno.
Anged mantiene que la reducción de jornada «aboca a un estancamiento de los salarios si no resolvemos primero el problema de la productividad», advirtiendo al Gobierno de que la medida supone un incremento de los costes laborales del 5,8% por la pérdida de 24,2 millones de horas de trabajo anuales.
En términos de productividad, son, sin embargo, las pequeñas y medianas empresas las más perjudicadas. Y es que, según explican en la organización, «la productividad en las grandes empresas del sector es un 21% superior a la media del comercio minorista y esta brecha puede ampliarse con la reducción de jornada ya que las pymes tienen menor capacidad para anticipar y flexibilizar los turnos de personal», explican en la organización. Hay que tener en cuenta que un 97% de las empresas tiene menos de 10 empleados y solo el 0,25% tiene más de 50 empleados. Las grandes empresas de distribución mantienen que la imposición de una reducción de la jornada laboral fuera del ámbito del diálogo social cambia las reglas de juego para todos los sectores. En especial, para aquellos como el del comercio, «que a través de la negociación colectiva han buscado fórmulas que permitan la conciliación profesional y familiar sin pérdida de capacidad productiva para las empresas».
Desde Anged recuerdan que el actual convenio establece ya medidas de conciliación como la planificación trimestral, limitación de trabajos en domingos y festivos, descansos de calidad por encima del sector y otras medidas de conciliación e igualdad. «Estas fórmulas acordadas en nuestro convenio permiten anualizar la jornada y ofrecen a las empresas mecanismos de flexibilidad, para que las reducciones efectivas de la jornada de sus trabajadores se realicen en los momentos de menor actividad, sin perder por tanto productividad», explican en la patronal. Teniendo en cuenta que las grandes empresas de distribución necesitan de forma obligada la presencialidad en las tiendas el sector requiere fórmulas flexibles para adecuar la organización del trabajo a los ciclos de mayor afluencia de clientes.
Con una inversión de 20.400 millones de euros desde 2008, las 22 empresas de Anged crearon en el último año 3 de cada 10 nuevos empleos en el comercio, sumando 6.900 personas más a una plantilla total de 236.000 empleos directos. «Somos la puerta de entrada al mercado laborar para miles de personas», explica el pasado mes de octubre Matilde García Duarte, la presidenta de la patronal en su asamblea anual, advirtiendo, no obstante, de las grandes dificultades que tienen para atraer talento -ocho de cada diez empresas reconocen tener problemas para encontrar determinados perfiles-, así como del problema derivado del absentismo, que supera ya en muchos casos el 10%.
Anged pone como ejemplo de lo que no hay que hacer lo ocurrido en Francia. El país vecino redujo hace 25 años la jornada laboral por ley a 35 horas semanales y, según la patronal del gran comercio, «la experiencia ha sido devastadora en términos de productividad para la industria». La patronal ha realizado un análisis de las empresas del sector de la distribución en toda Europa que constata, que en el caso francés, «ha habido una subida de los costes laborales inmediatos, se ha destruido buena parte de la industria, muchos asalariados han tenido que buscar un segundo empleo para mantener el nivel de renta, ha habido una expulsión del mercado de los empleados de mayor edad, disparando el desempleo entre los mayores de 50 años, y no ha mejorado el grado de satisfacción general de los trabajadores». Asimismo, se ha detectado una moderación salarial como consecuencia de la pérdida de productividad provocada por la reducción de la jornada laboral, tal y como temen que pase aquí.