Y uno de los datos que avalan esa sospecha es el hecho de que el gas se este convirtiendo¡ en el elemento clave para el equilibrio del sistema. de hecho en el mes de mayo ha sido mayor demanda de gas por parte del sector eléctrico. Sólo en enero se acercaron las cifras, con 6.956 GWh.
Un gas que procede cada vez más de los Estados Unidos, el principal suministrador el mes pasado. El gas natural licuado llegado en barco desde los EEUU representó el 30% del total del suministro. El gas estadounidense sumó 9.183 GWh, frente a los 4.927 Gwh de mayo de 2024.La procedencia del gas sitúa a Argelia como el segundo gran proveedor de España, en este caso de GN. También en su caso incrementó en un 26,6% el suministro respecto al mismo mes del año pasado. Rusia, en cambio, no aumentó el gas natural licuado que descargó en nuestros puertos. Pese a aportar el 18% del total e volumen de gas ruso que llegó a España pasó de los 6.416 Gwh de mayo del año pasado a 5.505 Gwh el mes pasado.
Casi el 70% del total del gas que se emplea en España en GNL que llega hasta las siete plantas regasificadoras existentes en nuestro país. El volumen que se descargó desde los buques metaneros fue un 25% superior al de mayo del año pasado. En total fueron 21 los buques que descargaron en los puertos de Barcelona, Huelva, Cartagena, Bilbao, Sagunto, Murgados o Musel. La actividad en alguno de ellos se ha incrementado de manera muy importante respecto a la del año pasado. Este mes de mayo terminales como la de Sagunto han duplicado el volumen de GNL descargado. En Huelva el incremento es del 71% y de casi el 56% en el puerto de Cartagena. Sólo Bilbao ha visto reducido en un 25% su actividad.
Los últimos datos oficiales confirmados por Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) muestran cómo el año pasado España se convirtió en uno de los principales compradores de gas a Rusia. Si en 2022, año en el que se inició la guerra, comprábamos 56.021 Gwh, en 2024 esa cifra se incrementó un 29,1%, hasta los 72.360 Gwh. Más aún, Rusia se convirtió el año pasado en nuestro segundo proveedor de gas, tras Argelia y por encima de los EEUU, que hasta entonces habían ocupado ese lugar.