El miembro más importante del cártel de productores ha anunciado de forma unilateral un recorte voluntario adicional de 1 millón de barriles diarios en julio, lo que demuestra que está dispuesto a hacer lo que sea para garantizar la estabilidad de los precios del crudo.
«Vuelve a estar en modo cueste lo que cueste», dice al respecto Croft, jefa global de estrategia en materias primas de RBC Capital Markets. Lo cierto es que el Reino llevará su producción a su nivel más bajo en muchos años, y es que nadie cree que el anuncio se vaya a quedar en papel mojado. «Arabia Saudí tiene un historial de cumplimiento de los recortes de manual», defiende esta experta.
Por su parte, Wilson, analista jefe de mercado en Finalto, comenta que «los saudíes generalmente cumplen con los recortes», por lo que el anuncio sorpresa (el mercado esperaba que se mantuviese la producción en los niveles actuales) «debería resultar en una reducción sustancial en la cantidad de barriles que se ponen en el mercado, no solo una medida sobre el papel».
«Los esfuerzos adicionales de Arabia Saudí son en cierto modo una sorpresa, pero están en consonancia con el papel de liderazgo del país» dentro de la OPEP+, comenta Norbert Rücker, director de Economía e Investigación Next Generation en Julius Baer. No en vano es quien preside la coalición de productores, pero además es el primer exportador mundial de petróleo. Este experto pone el acento en el hecho de que Arabia Saudí «se ha mostrado bastante tajante al considerar que el mercado está sesgado por los especuladores», y de ahí su movimiento. Desde RBC insisten en que el Reino está dispuesto a ser «la comadrona de la recuperación», y pese a que no está actuando de forma concertada con el resto de naciones productoras de crudo, «el hecho de que esté dispuesta a asumirla en solitario aumenta la credibilidad del recorte e indica la salida real de barriles del mercado».
Arabia Saudí recortará su oferta en julio a 9 millones de barriles diarios, frente a los cerca de 10 millones de barriles que bombea en la actualidad, según informó el Ministerio de Energía saudí en un comunicado publicado tras la reunión de la OPEP+ del fin de semana. No obstante, el país no ha querido aclarar si el recorte adicional se mantendrá en meses venideros, hasta que acabe 2023, o será algo aislado. En cualquier caso, Rücker apunta que la política petrolera «sigue determinada por las tendencias económicas y las fuerzas del mercado, como se desprende de los continuos ajustes de este año». Y es que cabe recordar que el pasado 3 de abril varios países acordaron un descenso combinado de la producción de 1,66 millones de barriles diarios hasta finales de este año, después de que la alianza hubiese decidido en octubre recortar en 2 millones de barriles diarios la producción.
El estratega del banco suizo opina que «cada vez hay más razones que podrían poner en entredicho la cohesión y coordinación del grupo», a la luz no solo del movimiento unilateral de Arabia Saudí, sino también porque en la reunión de este fin de semana se acordó que Emiratos Árabes Unidos recibirá en 2024 cuotas más elevadas de producción (hasta 3,2 millones de barriles diarios), mientras que los países africanos -que en repetidas ocasiones se han quedado por debajo de sus cuotas de producción- verán disminuido su límite (a 622.000 barriles diarios).
Sobre este asunto, Croft, de RBC, comenta que para los EAU este ha sido «claramente un buen fin de semana», ya que se ha tenido en cuenta su petición de ajustar al alza su producción, y recuerda que este fantasma llevaba desde 2021 «alimentando la preocupación por la unidad de la OPEP+». Se hablaba de una posible salida de los Emiratos Árabes Unidos pero, apunta la experta de la firma británica, la decisión de elevar sus cuotas «parece zanjar por ahora la cuestión de su pertenencia» al cártel.
Y también destaca que si se tuviese que conceder un «premio de gracia» a los productores sería para los países africanos, que han aceptado la revisión de sus límites de producción a la baja. «Aunque estos países llevan tiempo produciendo por debajo de sus cuotas, no creemos que les resultara fácil reconocer públicamente sus dificultades de producción», remarca la analista de RBC. En su opinión, «este compromiso merece algunos elogios». «Dados los enormes retos económicos y sociales a los que se enfrentan estos productores africanos, su voluntad de compromiso ha contribuido a que la OPEP+ haya podido llegar a un acuerdo tan completo», indica.