Solo el año pasado vendimos caldos ‘made in Spain’ al mercado estadounidense por un montante de más de 350 millones de euros. Desde OIVE avisan de que las ventas a este país cayeron un 20,8% en abril de 2025 respecto al mismo mes del año anterior (un 8,8% en el conjunto del primer cuatrimestre del presente ejercicio).
Lo que impacta de forma muy relevante sobre el segundo mayor exportador de vino en términos de volumen a nivel mundial (solo tras Italia) y el tercero en valor (solo superado por Francia e Italia). En concreto, España exportó por valor de 3.500 millones de euros, un 3,5% que el año anterior y un nuevo pico histórico. Mientras que las importaciones permanecieron en el entorno de los 400 millones. Esto supuso un superávit comercial superior a los 3.100 millones, un 3,7% más respecto a 2023. Según el valor de lo exportado, los principales destinos de nuestras exportaciones fueron Alemania que concentró el 11,6% de todo lo exportado entre 2019 y 2024, seguido por Estados Unidos (10,9%), Reino Unido (10,3%), Francia (8,9%) y Países Bajos (4,7%). Si se adopta el punto de vista del volumen, el país que preside Trump se posiciona en sexta posición mientras que Francia escala hasta el segundo lugar.
Preguntado por la merma de las exportaciones a Estados Unidos tras el retorno de Trump, Ezquerro ha reconocido que la «incertidumbre» alrededor de los aranceles- ahora la ‘tregua’ entre Washington y Bruselas se ha alargado hasta el 1 de agosto- «distorsiona estas cifras» y que al acuerdo «le queda todavía camino por recorrer». Una inquietud que, desde el órgano que agrupa a todo el sector vitivinícola, comparten con sus homólogos franceses e italianos y que les lleva a estar más preocupados por el consumo allende nuestras fronteras que por un mercado nacional cuya demanda ven más o menos estabilizada.
En esta línea, la directora general de la Interprofesional Susana García, ha añadido que «la incertidumbre no es buena para el vino» y, aunque ha apostado por la diversificación, reconoce que «trabajar un mercado» lleva un tiempo. A lo que se añade «una competencia internacional elevada» y que las alternativas por las que apuesta el sector «no tengan una cultura del vino» como Corea del Sur. Preguntados por la aprobación y firma del tratado de libre comercio con Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay), Ezquerro ha apuntado que «cuantos menos problemas arancelarios mejor y que estaríamos ante un mercado más».
En cuanto al mercado interior, según estimaciones del OIVE, el consumo se mantiene más o menos estable y según los datos más recientes disponibles (abril de 2025) el consumo rondaba los 9,8 millones hectolitros (cerró el año pasado en los 9,9 millones). Lo que contrasta con los 19,02 millones que se exportan al exterior y que se encuentra lejos del máximo histórico de 11,1 millones de hectolitros dentro de España que se produjo en plena eclosión del Covid 19 en marzo de 2020. Al hilo de lo anterior, García explica que en España la interprofesional está trabajando en posicionar al vino como «un producto gatronómico ayudando a los operadores a posicionarse y dando herramientas a las bodegas españolas, para que entre todos construyamos una buena imagen».