Esto se traduce en un salario mínimo diario de 37,80 euros brutos en 14 pagas y 44,1 euros con las pagas extra prorrateadas. Por hora, el SMI es de 8,28 euros por hora en 14 pagas y 8,87 euros por hora en 12 pagas. Se trata de una medida superior al SMI mensual porque incluye las vacaciones y las pagas extra prorrateadas.
La reducción de la jornada laboral no afectará al SMI, que previsiblemente seguirá siendo de 15.876 euros al año. Y es que, si la idea es que los trabajadores mantengan el salario pese a trabajar menos horas, parece lógico que se haga lo mismo con el SMI. Lo que sí podría cambiar es el SMI por hora trabajada, que aumentaría en caso de implementarse la medida. Si finalmente se opta por una reducción en dos fases, esta sería su evolución:
El incremento del SMI en 2024 ya fue motivo de desencuentro entre la Patronal y el Gobierno, que finalmente pactó con los sindicatos una subida del 5%.
El objetivo es que el salario mínimo siga creciendo por encima del dato del IPC para situarse en un 60% del salario medio, una de las promesas electorales de PSOE y Sumar. Para poder conseguir ese objetivo, el SMI debería volver a subir en torno al 4,6% en 2025, siempre y cuando el salario medio no se dispare, algo que parece poco probable. Según los últimos datos del INE, el salario medio creció un 4,1% en 2022 hasta los 26.948,87 euros. El actual SMI supondría un 58,91% de esa cifra.
Sin embargo, el salario modal, que es el más frecuente, fue de 14.586,44 euros, por debajo ya del actual SMI.