La retracción del consumo en mercados clave como Europa, Estados Unidos y China explica este nuevo entorno, donde Europa Occidental registrará una contracción de la producción del -3,9%. Aunque en España o Portugal el riesgo de crédito del sector es moderado, los niveles son elevados en Alemania, Austria, Bélgica, Francia, Hungría, Italia, Polonia, Suiza, Turquía o Reino Unido. Fuera de Europa, solo Brasil y Canadá presentan altos niveles de riesgo de crédito.
De cara a 2025, Crédito y Caución prevé que la industria global del automóvil crezca un 2,1%, apoyada por políticas monetarias más laxas y una recuperación gradual del gasto de las familias. El repunte en Europa Occidental será más modesto, en el entorno del 1,6%. Sin embargo, los aranceles anunciados por la próxima Administración estadounidense supondrán un riesgos a la baja para estas previsioones de un sector cuya cadena de valor es muy dependiente de una red mundial de proveedores y altamente vulnerable al impacto del proteccionismo.
La aseguradora de crédito observa ya una reducción de los márgenes y un aumento de los retrasos en los pagos y las insolvencias en mercados europeos importantes como Alemania, Italia o Reino Unido. Además, el abandono de los motores de combustión interna ha empezado a remodelar la industria. En los próximos años, muchos proveedores europeos de Tier 2 y 3, aquellos que suministran componentes o materias primas a los proveedores de Tier 1, podrían carecer de los medios tecnológicos o financieros para ascender en la cadena de valor y verse obligados a abandonar el mercado.
Las perspectivas para las ventas de vehículos eléctricos e híbridos siguen siendo buenas. Crédito y Caución prevé que escalen hasta representar el 59% de las ventas mundiales de vehículos ligeros en 2030. La aparición de nuevos actores, de empresas tecnológicas y startups vinculadas al vehículo eléctrico están perturbando el mercado y creando nuevos competidores. En un contexto de cambio de ciclo tecnológico, muchos proveedores de piezas para vehículos de combustión tendrán que evolucionar o enfrentarse a la obsolescencia y la extinción.
En Europa, el cambio hacia la electrificación se acelerará en los próximos años. Los elevados precios actuales y la falta de infraestructuras de recarga hacen que los vehículos eléctricos sean menos atractivos para los consumidores europeos. Esto preocupa especialmente a los fabricantes de automóviles, que deben cumplir los objetivos de emisiones de CO2 de la UE para 2025.
En China, la transición mantiene un fuerte impulso. La ventaja actual de los fabricantes chinos de vehículos eléctricos frente a sus homólogos europeos es que ofrecen modelos más baratos y son más ágiles a la hora de adaptarse a las condiciones cambiantes del mercado. El auge de las exportaciones del gigante asiático ha aumentado las fricciones comerciales y tanto Europa como Estados Unidos han impuesto ya aranceles punitivos. Por el momento, las inciertas perspectivas de demanda y producción de vehículos eléctricos podrían beneficiar a los fabricantes de vehículos híbridos, especialmente en Japón.
A largo plazo, los mercados asiáticos como China o India liderarán el crecimiento de la producción mundial, por el impulso en su demanda interna que supondrá la baja densidad de vehículos y la creciente clase media. El lanzamiento de nuevos modelos y gamas, las bajadas de precios, los incentivos a la compra y las políticas de reducción de CO2 también impulsarán la demanda junto a la adopción de nuevas tecnologías, como la conducción autónoma.