La tasa de ahorro de las familias ha aumentado en 2024, favorecida por el fuerte avance de la renta disponible. Así, la tasa de ahorro subió hasta el 13,6% de la renta bruta disponible (RBD), por encima del 12,0% de 2023 y del promedio histórico del 8,6% entre el 2000 y 2019 (véase el primer gráfico). Hablamos de 139.900 millones de euros de ahorro bruto, 26.000 millones más que en 2022, y 86.000 millones más que en el promedio de 2015-2019. Si lo miramos por hogar, el ahorro ha pasado de 5.800 euros por hogar en 2023 a más de 7.000 en 2024.
¿Qué hay detrás de estos registros? El incremento de la tasa de ahorro ha procedido de un crecimiento de la RBD nominal del 8,7% interanual, un ritmo de avance dinámico aunque algo inferior al de 2023 (10,7%) y muy superior al del gasto en consumo final de las familias, que avanzó un 7,1% (véase el segundo gráfico). Pero ¿qué factores económicos subyacen en estas tendencias? El dinamismo de la RBD se ha producido gracias a un notable avance de la remuneración de los asalariados (7,7%), reflejo de la intensa creación de empleo en 2024, con un aumento del número de asalariados del 2,8%, y del dinamismo salarial que atestigua el aumento del 4,7% en la remuneración por trabajador. Otros componentes que también han contribuido al avance de la renta han sido las prestaciones sociales percibidas, que aumentan un 5,9% interanual, impulsadas por el aumento en el número de pensionistas y la revalorización de las pensiones del 3,8%, los ingresos de los autónomos y las rentas netas de la propiedad, gracias al aumento del cobro de dividendos y otras rentas de inversión en un entorno de tipos de interés elevados que estimulan a los ahorradores. Todo ello ha más que compensado el aumento de la contribución negativa de los impuestos directos y las cotizaciones sociales pagadas (véase el tercer gráfico). Finalmente, en el conjunto del año, los intereses netos pagados (14.450 millones)1 caen un 9% interanual y la carga de la deuda supone el 1,4% de la RBD, frente al 1,7% de 2023.
El aumento de la RBD se situó en 2024 claramente por encima de la inflación media anual (2,8%) y del crecimiento en el número de hogares (0,7% según la EPA), permitiendo una recuperación del poder adquisitivo. De esta forma, en 2024 la RBD real por hogar ya se situó un 4,1% por encima de los niveles prepandemia tras recuperar en 2023 dicho nivel.
De cara a este año, se espera que el crecimiento de la RBD siga siendo dinámico gracias a la fortaleza que está exhibiendo el mercado laboral. De hecho, el dato de cierre de 2024 de la RBD junto con los buenos datos de mercado laboral en el 1T 2025 apuntan a que el crecimiento de la RBD podría situarse algo por encima del 5,0% este año. Se trata de un ritmo consistente con las buenas perspectivas del mercado laboral y con un aumento del gasto en pensiones que la AIReF sitúa en el 5,0% (2,8% por revalorización de las pensiones más 2 puntos de efecto sustitución/nuevas entradas). Así, si el gasto de los hogares registra un ritmo de avance de cerca del 6%, algo inferior al de 2024 en términos nominales por la menor inflación, la tasa de ahorro se reduciría en medio punto este año hasta el 13%. Tras un 2024 en el que la tasa de ahorro aumentó con la subida de tipos de interés, en un contexto de caídas de tipos tiene sentido ver un descenso de la tasa de ahorro. Otros factores, aparte de los tipos, como la incertidumbre y la heterogeneidad por tramos de edad y percentiles de renta ayudan a explicar estos elevados niveles de tasa de ahorro agregada. Según un análisis previo de CaixaBank Research,2 han sido los hogares en edad de jubilación y los de mayor renta los que han experimentado un mayor incremento del ahorro respecto al periodo prepandémico.
En el 4T 2024, por primera vez desde el 4T 2022, el crecimiento de la RBD nominal fue menor al del gasto en consumo final, lo que apunta a que probablemente en 2025 la tasa de ahorro descenderá. En el 4T (dato sin acumular), la RBD nominal creció un 7,2% interanual (8,1% en el 3T), mientras que el gasto en consumo final creció un 8,0% (6,7% en el 3T), lo que refleja el mayor dinamismo del consumo privado en términos reales. Para que estas dinámicas se consoliden este año, es importante que la incertidumbre, que ha experimentado un notable repunte a raíz del aumento de las tensiones comerciales, se vuelva a moderar.
Finalmente, la capacidad de financiación de los hogares aumentó significativamente en 2024, pasando de 44.597 millones de euros en 2023 a 74.413 millones en 2024. Los motivos de este aumento fueron el mayor ahorro (aumento del ahorro bruto de 26.000 millones hasta los 139.900 millones) y el menor incremento, en comparación, de la inversión realizada por las familias: la formación bruta de capital fijo, que incluye la compra de inmuebles (nueva construcción) e inversiones de autónomos en activos físicos, fue en 2024 de 70.700 millones de euros, 6.000 millones más que en 2023. No obstante, según estos datos, la inversión empieza a arrancar al calor de la reactivación de la oferta de vivienda: el crecimiento fue del 9,5% interanual en 2024 tras su estancamiento en 2023. En definitiva, la buena marcha del mercado laboral permitió un fuerte avance de la RBD de los hogares en 2024. Este avance, junto con un comportamiento más moderado del gasto a pesar de su paulatina redinamización, permitió aumentar de manera notable el ahorro de las familias.