«La incertidumbre sobre las perspectivas internacionales también sigue siendo significativa. En materia de política macroeconómica, los recientes anuncios de Estados Unidos sobre aranceles están afectando la confianza a nivel mundial, y esto probablemente se acentuaría si se amplía el alcance de los aranceles o si otros países toman medidas de represalia», ha señalado el banco central. «Se prevé que estos acontecimientos tengan un efecto adverso en la actividad mundial, especialmente si los hogares y las empresas retrasan sus gastos a la espera de una mayor claridad en las perspectivas. Sin embargo, la inflación podría fluctuar en cualquier dirección. Muchos bancos centrales han relajado su política monetaria desde principios de año, pero se han vuelto cada vez más atentos a los riesgos cambiantes derivados de los recientes acontecimientos políticos mundiales», ha añadido la entidad.
En este escenario, el RBA ha señalado que «la política monetaria se mantiene restrictiva. El continuo descenso de la inflación subyacente es positivo, pero existen riesgos para ambas partes, y el Consejo se muestra cauteloso respecto a las perspectivas».
Así, el RBA «se basará en los datos y en la evolución de la evaluación de riesgos para orientar sus decisiones. Para ello, prestará especial atención a la evolución de la economía mundial y los mercados financieros, las tendencias de la demanda interna y las perspectivas de inflación y del mercado laboral», con la «firme determinación de que la inflación vuelva de forma sostenible al objetivo y hará todo lo necesario para lograrlo».
El organismo también ha indicado que «está bien posicionado para responder a los acontecimientos internacionales si estos tuvieran implicaciones materiales para la actividad y la inflación australianas».