Además, Iggo considera que “el entorno de tipos de interés se lo pone difícil a los inversores. Tanto en los mercados de renta fija de EE. UU. como en los europeos, sólo los mercados con calificación inferior a grado de inversión rinden sustancialmente más que el tipo de interés oficial a un día”.
“La política monetaria podría ser más bien un viento en contra permanente para los mercados. Un aspecto que los inversores deben considerar ahora es si nos encontramos en un entorno inflacionista permanentemente más alto o más volátil. Si la inflación supera periódicamente los objetivos de los bancos centrales, es posible que en el futuro sea necesario modificar la política monetaria con mayor frecuencia. Esto requeriría una mayor prima de incertidumbre en las curvas de tipos a plazo y rendimientos más elevados que si la inflación se estabilizara dentro de los márgenes de tolerancia de los bancos centrales”.
Este experto añade que “esta puede ser otra de las razones por las que los rendimientos a más largo plazo no logran bajar y las curvas de rendimiento han empezado a empinarse. Debo admitir que el aumento de los rendimientos ha sido una sorpresa dado el contexto de la inflación y las perspectivas de la Fed. Sin embargo, en el fondo podría tener sentido, sobre todo teniendo en cuenta el deterioro de las perspectivas de endeudamiento del Gobierno”.
“Los tipos a corto plazo no se mantendrán tan altos de forma permanente y para aquellos con un horizonte de inversión que se extienda más allá de los próximos seis a doce meses, la rentabilidad implícita de los ingresos del mercado de bonos de crecimiento de la inversión es más atractiva ahora de lo que lo ha sido durante la mayor parte de la última década”, concluye.