Según los últimos datos del Banco de España, la tasa se situó en diciembre de 2023 en el 3,54% en la que ha sido su segunda caída mensual consecutiva después de situarse en noviembre en el 3,57%, influido por el menor volumen de préstamos impagados. Pese al encarecimiento de la financiación, los créditos dudosos ascienden a 41.868 millones, 541 millones menos que el mes anterior.
El retroceso es más acusado en comparativa interanual, ya que en diciembre de 2022 se colocaron en 43.159 millones, a pesar de la subida de los tipos de interés y del encarecimiento de la financiación. No obstante, la tasa se mantiene prácticamente invariable en el citado 3,54% después de una ligera subida a lo largo del ejercicio. El pico más elevado registró en octubre, cuando escaló al 3,6%, cifra que en todo caso se posiciona en niveles históricamente bajos.
El organismo diferencia la morosidad contabilizada por bancos, cooperativas y cajas de ahorro, que se reduce ligeramente una centésima, hasta el 3,44%, con 38.768 millones. En este caso, el saldo cae en casi 440 millones. Las entidades financieras de consumo siguen la misma línea y recortan este porcentaje desde el 6,97%, máximos desde mayo de 2022 al 6,33% y regresa a niveles de julio.
Desde que el Banco Central Europeo (BCE) comenzó a subir los tipos de interés, en julio de 2022, ha hecho un llamamiento a las entidades financieras para que aumentaran sus provisiones ante la posibilidad de producirse un fuente repunte de la morosidad derivada de esa política monetaria más restrictiva en el crédito. Cabe destacar que el pasado mes de diciembre el euríbor dio un respiro a la baja y cerró el año en el 3,679%.
Ahora, el retraso en la expectativa de bajada de los tipos de interés ha vuelto a impulsar a este índice, al que están referenciadas la mayoría de las hipotecas en España, en el arranque de 2024, poniendo en jaque el abaratamiento de las hipotecas. De hecho, este viernes ya se mueve por encima del 3,7%.