La suma representa un 21,68% de los 79.222 millones cosechados en beneficios por las entidades desde entonces -incluye los resultados del primer semestre de 2024- y se aproxima a los 23.351 millones distribuidos en paralelo en abonos de dividendos en efectivo. A través de ambas fórmulas de remuneración, las seis entidades han destinado más de la mitad de las ganancias a premiar a sus dueños y elevar el atractivo inversor de las cotizaciones, aunque las estrategias y el pay out resultan heterogéneos entre las entidades.
Como se recuerda, en marzo de 2020, el BCE pidió a las entidades que no repartieran dividendos con el fin de aumentar su capacidad de absorción de pérdidas y de respaldar la concesión de crédito a los hogares, pymes y a las grandes empresas provocando que los bancos suprimiesen total o parcialmente los cupones con cargo al ejercicio 2020 e, incluso, algunos abonos pendientes imputables a las cuentas de 2019. El supervisor suavizaba la instrucción en diciembre de ese año fijando un tope en la distribución igual al 15% del beneficio de 2019 y 2020, siempre que no sobrepasasen los 20 puntos básicos del ratio de capital de máxima calidad CET1. El veto total lo levantaría en septiembre de 2021, lo que motivó un restablecimiento progresivo de la remuneración al inversor, con pay out inferiores a los habituales y, en muchos casos, con el recurso a la recompra de acciones junto al abono en efectivo.
Santander, por ejemplo, acordó distribuir el 40% del beneficio a partes iguales entre efectivo y recompras -hoy mantiene esta fórmula con una distribución del 50%-; BBVA situó el pay out entre el 35 y 40% -alcanza ahora el 50%- y CaixaBank en el 50%, hoy en el 60%; umbral este último al que también ha llegado el Sabadell que en aquellos momentos arrancó con el 30%. Algunos casos de pay out incluyen dividendos y recompras, pero diferentes entidades han utilizado también las recompras de títulos como premios extraordinarios a la política ordinaria de remuneración al inversor.
Bankinter, que mantiene un pay out del 50%, es la única entidad que no ha lanzado programas así porque defiende que en tiempos de incertidumbres toca hacer reservas y utilizarlas para invertir en momentos de bonanza. Unicaja, que también ofrece una distribución similar, fue la última en incorporar la fórmula y este año lanzó un programa de hasta 100 millones de euros.
La mayor suma comprometida en estos planes hasta hoy corresponde a Santander, con 7.875 millones -incluye el plan lanzado esta semana por 1.525 millones-. A dividendos ha destinado la misma cuantía al tener fijada al 50% su remuneración. Cuando ejecute el último programa habrá eliminado cerca del 13% de sus acciones originales. BBVA ha comprometido 5.363 millones entre 2021 y 2023, equivalente a reducir un 14% su capital y prevé lanzar nuevos programas. En paralelo ha distribuido otros 6.902 millones en dividendos en efectivo.
Durante ese mismo periodo, Sabadell pagó 726 millones en dividendos; el pasado año completó una recompra por 204 millones y este lanzó otra de 340 millones pero la interrumpió a petición de la CNMV por la opa de BBVA. Ha recanalizado los recursos no invertidos a reforzar el dividendo y en julio elevó su compromiso de remuneración al inversor desde 2.400 a 2.900 millones con cargo a los beneficios de 2024 y 2025.
CaixaBank ha elevado a su vez desde 9.000 a 12.000 millones el reparto prometido a accionistas durante su plan estratégico 2022-2024. Desde 2021 ha distribuido 6.598 millones en dividendos e invertido 3.300 millones en recompras.