El triunfo de Trump en Pensilvania, Carolina del Norte y Georgia deja muy cerca al candidato conservador de la Casa Blanca que está mañana, se ha declarado ganador a tan solo 3 compromisarios de la victoria en estos momentos, sabiendo que seguramente vengan de cualquiera de los otros estados bisagra en los que el escrutinio no ha terminado, pero que lideran los republicanos en su totalidad. Además, la ola roja se extiende al Senado, en el que los republicanos recuperan el control, y algo más abierta está la disputa en la Casa de Representantes, aunque también con liderazgo republicano de 191 vs. 169 demócratas.
El anuncio del red sweep es inminente y el control total del Congreso abre el camino para que el nuevo presidente aplique los cinco pilares principales prometidos en campaña de una manera más rápida: (I) bajada del tipo máximo corporativo, (II) desregulación, (III) déficit fiscal, (IV) aranceles y (V) reducción de la inmigración.
No obstante, la capacidad para implementar estas medidas económicas se encontrará limitada por la debilidad de las cuentas públicas y la madurez del ciclo. Es interesante tener en cuenta que Trump asumió la presidencia en 2016 con una deuda del 76% sobre el PIB y un déficit de tan solo 2,9%, niveles considerablemente más manejables que el 99% actual y el 7%, respectivamente. Además, tendrá que manejar un desafío adicional, la madurez de un ciclo económico que ha experimentado ya su primera bajada de tipos de interés, aunque en niveles considerablemente más elevados que en aquella época.
En el corto plazo, los inminentes ganadores de estas elecciones serían: renta variable americana –tecnología, financieros, defensa y empresas con sesgo doméstico, como mediana y pequeña capitalización– y dólar. En renta fija, continuamos a la espera de oportunidades en la parte larga de la curva, con la reciente caída en los precios de los bonos y a medida que la prima de plazo sigue aumentando.
A la espera de confirmar el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, en una victoria menos reñida de lo previsto, las bolsas cerraron ayer con claros avances. Pesó el optimismo de la tecnología, con alzas destacadas de Nvidia (+2,8%), que pasa a ser la compañía con mayor capitalización bursátil al superar a Apple, Tesla (+3,5%) o Meta (+2,1%) animada por los resultados de Palantir. Y es que el grupo fabricante de software de inteligencia artificial presentaba ayer resultados récord y sus títulos subieron un +23,5%. Los futuros del S&P avanzan ahora un +1,6%, descontando la menor incertidumbre asociada al evento electoral.
Avances más moderados en Europa (Euro Stoxx 50 +0,3%; Ibex +0,2%), con la vista puesta en la votación presidencial. La jornada transcurrió con escasos cambios, en línea con lo previsto y con los índices del continente más centrados en la publicación de resultados de sus propias cotizadas. En este sentido, asistimos al desplome de la danesa Vestas (-12,2%), tras anunciar la reducción en su objetivo de beneficio, o la caída de la compañía logística germana DHL (-4%), tras mostrar debilidad en el volumen de ventas. En el extremo contrario, presenciamos los avances de la británica Associated British Food (+3,1%), después de anunciar un programa de recompra de acciones, o las subidas en España de Unicaja (+1,8%) y Repsol (+1,7%), esta última después de que la OPEP extendiese el recorte de la producción de crudo.
El retroceso es evidente en el caso del Hang Seng de Hong Kong (-2,5%), descontando la expectativa de un incremento de la guerra comercial con Estados Unidos. Mientras, el índice continental CSI 300 muestra en estos momentos caídas más moderadas, del -0,5%. Tono opuesto para la bolsa nipona, con amplios avances para el Nikkei (+2,6%) y Topix (+1,9%) impulsados por la importante caída del yen. La divisa japonesa alcanzaba hoy niveles mínimos desde julio, descontando una victoria de Trump más holgada de lo previsto. La visión del mercado apunta así a la puesta en marcha de políticas más inflacionistas, que hagan menos probable un recorte agresivo de tipos por parte de la Fed.
La llegada de Trump a la presidencia eleva las pendientes de la curva americana hasta niveles de 17 p.b. en la referencia 10 – 2 años y hasta niveles de -16 p.b. en la referencia 10 – 3 meses, el punto más alto en más de dos años. En Europa, también pendientes más elevadas, pero con avances en precio en todos los puntos de la curva. En este caso, el mercado de renta fija pone en precio que el giro republicano en Estados Unidos afectará negativamente al crecimiento europeo por la entrada de nuevos aranceles que limiten las exportaciones y esto deprime las TIRES.
Las divisas dan prácticamente por sentado la victoria de Trump: el dólar vuelve a niveles no vistos desde julio. En lo que va de mañana, el cruce euro-dólar retrocede un -1,8% hasta los 1,073 EUR/USD. Este comportamiento viene explicado por las políticas inflacionistas que Donald Trump podría impulsar en caso de retomar la presidencia, sobre todo teniendo en cuenta que la victoria republicana en ambas cámaras parece inminente, algo que dotaría de mayor margen de maniobra al candidato republicano. Con todo esto, la Fed, que se reúne mañana, se vería obligada a mantener los tipos elevados por más tiempo, beneficiando así al billete verde. Por otro lado, la libra se fortalece frente al euro en la mañana de hoy a las puertas de la reunión del Banco de Inglaterra de mañana. Con los futuros dando por hecho un recorte en el precio de la libra esterlina –el segundo del año–, el par euro-libra retrocede un -0,4% en estos momentos, situándose en 0,834 EUR/GBP.
La posible victoria de Trump penaliza al petróleo y al oro,. Todo parece indicar que el candidato republicano se convertiría en el nuevo inquilino de la Casa Blanca, hecho que alentó fuertemente las compras en el billete verde y su correspondiente corrección en el crudo –un dólar más fuerte implica que el barril resulte más caro para el resto del mundo–. En estos momentos, las caídas del Brent rondan el -2,6%, situando la cotización en niveles de 74,2 $/barril. Asimismo, las políticas inflacionistas de Trump probablemente impliquen unos tipos elevados por más tiempo, algo que perjudicaría al metal amarillo dado que no paga interés. En la mañana de hoy, el oro corrige un -0,6% hasta posicionarse en 2.728 $/onza