Esa coyuntura de mayor demanda y reducida oferta se traducirá en un aumento de precios del 5% en 2024 y del 4,7% en 2025. Descontando el impacto de la inflación, el incremento sería del 0,7% y del 1,6%, respectivamente, según las previsiones recogidas en el Observatorio Inmobiliario de BBVA Research. «Se espera que la caída de tipos de interés, la progresiva recuperación en la eurozona y unas previsiones demográficas más positivas den lugar a una demanda residencial más elevada», dice el informe, que constata que el precio de la vivienda seguirá aumentando «en línea con lo acontecido hasta el momento», con un primer trimestre del año donde el valor de las casas subió un 4,3% en tasa interanual y una tendencia alcista en todas las autonomías.
No obstante, los expertos de la entidad recuerdan que en la mayoría de las comunidades autónomas los precios se encuentran lejos de los máximos alcanzados en torno a 2008, en pleno boom inmobiliario, con la excepción de Baleares y Madrid, donde sí se han superado esos niveles.
Asimismo, consideran que el nuevo escenario de tipos de interés y la renta de los hogares contrarrestará los precios y conseguirán facilitar el acceso a la vivienda. En concreto, pronostican que en 2024 el esfuerzo de acceso a la vivienda se reducirá casi dos puntos respecto al año anterior, para situarse en torno al 29% de la renta salarial del hogar. Actualmente, Baleares, País Vasco y Madrid superan el 35% de la renta salarial, mientras que Murcia y Castilla-La Mancha no alcanzan el 20%.
En cuanto a la compraventa de viviendas, aseguran que las previsiones de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) favorecerán que se siga creando empleo, lo que mantendrá las ventas residenciales en niveles relativamente elevados. En concreto, estima que la transacciones crecerán en torno a un 5% en 2024, lo que se traduce en un volumen de 675.000 unidades, y en torno al 3% en 2025, hasta casi 700.000 viviendas.
Por el lado de la oferta, el informe apunta que la iniciación de viviendas comenzará a crecer en 2024 animado por el mayor crecimiento de la economía, la presión de la demanda ante la reducida oferta de obra nueva y el interés de las administraciones públicas en incrementar la oferta de vivienda pública.
Sin embargo, considera que el nivel de producción es relativamente bajo por la escasez de suelos finalistas, la reducida oferta de mano de obra, la incertidumbre regulatoria y el bajo presupuesto público destinado a la producción de viviendas.
Con todo, BBVA Research espera que los visados aumenten en torno al 10% en 2024 y algo menos del 15% en 2025. Respecto al stock de crédito para la compra y rehabilitación de vivienda, apuntan que este sigue reduciendo su peso en la economía debido, en buena parte, por el aumento de las amortizaciones que están haciendo los hogares ante los tipos de interés relativamente elevados y los ahorros acumulados.
«Se espera que con la bajada de tipos de interés se modere esta tendencia e incluso comience una paulatina recuperación», dicen los autores del estudio. De hecho, después de un año de contracción, el número de hipotecas volvió a recuperarse en los cinco primeros meses de 2024. Entre enero y mayo de 2024 las hipotecas acumularon un crecimiento interanual del 13,2 %, superior al de las compraventas, lo que pone de manifiesto que los hogares comienzan a acudir más a la financiación ajena ante la caída de los tipos de interés.