En concreto, el calendario que maneja la entidad pasa por presentar este documento unos quince días después del anuncio, que se hizo oficial el pasado 9 de mayo, por lo que previsiblemente esto sucederá en alrededor de semana y media. Una vez presentada la documentación oficial a las autoridades competentes, esto es, Banco de España, Comisión Nacional del Mercado de Valores, Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, así como a FCA en Reino Unido, para el visto bueno a esta operación, que se puede alargar entre cinco y seis meses, el banco buscará el respaldo de los inversores
Mientras las autoridades competentes estudian la operación, BBVA debe celebrar una junta de accionistas extraordinaria que le permita obtener el plácet para emitir nuevas acciones. De conseguirlo Torres ya miraría a Fráncfort, que considera que no le pondrá trabas. Según expuso el banquero durante la presentación de esta oferta de compra de acciones confía en que el organismo que preside Christine Lagarde, que estaba al tanto de estos movimientos, apoyará esta absorción. Después tendría que llegar el ‘ok’ del supervisor español en paralelo al de la CNMC, que será el que más se demorará. Lo normal en un proceso de estas características siempre que no haya inconvenientes es que tenga una duración de entre seis y ocho meses, por lo que el nuevo banco resultante podría ser una realidad entre finales de 2024 o principios de 2025. No obstante, antes debe granjearse el ‘sí’ del Gobierno, que si bien no puede impedir la oferta para tomar el control sobre otro banco, sí que tiene la última palabra a la hora de aprobar una fusión posterior, tal y como le ha recordado el ministro de Economía.