La tecnología, los modelos analíticos avanzados y la inteligencia artificial serán decisivos en la protección proactiva de sus clientes, la propia entidad y la sociedad, y son los pilares para la creación de esta unidad pionera en la industria bancaria española.
Uno de los resultados de la transformación del sector financiero ha sido la generación de modelos de negocio en los que la velocidad de ejecución de los procesos y la digitalización de las relaciones con los clientes se constituyen como claras ventajas competitivas.
La creciente demanda de servicios financieros digitales en todo el mundo ha traído consigo un aumento de la exposición a delitos digitales y al fraude. Con 47,8 millones de clientes digitales en todo el mundo, BBVA ha situado la protección y la confianza de sus clientes como pilar fundamental de su estrategia para luchar contra esta situación. En 3 años, el banco ha conseguido prevenir hasta un 75% del fraude, reforzando la protección de los clientes.
En este entorno, BBVA es el primer grupo bancario en España en crear una unidad de protección contra el crimen financiero en su sentido más amplio. “Queremos construir un modelo de solución integral a los problemas originados por los delitos financieros para nuestros clientes, que nos permita centrar nuestros esfuerzos en su protección, a la vez que evitamos el uso de las entidades financieras para fines ilícitos”, declara Natalia Ortega, responsable de la nueva unidad global de Financial Crime Prevention.
“Los delitos financieros van desde el robo más básico o el fraude cometido contra un cliente unitario hasta operaciones de gran escala dirigidas por la delincuencia organizada, que pueden llegar a tener un carácter transnacional. Esto pone de manifiesto la necesidad de integrar funciones que van más allá de las que tradicionalmente se han definido como prevención del fraude, extendiendo nuestras capacidades a la detección de cualquier movimiento ilícito en la entidad”.
La tecnología y los datos juegan un papel clave en la consecución de este objetivo. “Para BBVA profundizar en el conocimiento 360º del comportamiento transaccional de nuestros clientes nos permitirá tener una respuesta diferencial frente a estas situaciones ilícitas, y, para ello, los datos son la clave”, continúa Ortega. “BBVA ha apostado por la configuración de una responsabilidad única y vertical, que nos permita generar un modelo operativo basado en la tecnología y la analítica de datos, verdaderamente preventiva y centrada en la protección de nuestros clientes”, indica Ortega.
La nueva unidad de Financial Crime Prevention está compuesta hasta la fecha por aproximadamente 800 personas en el Grupo BBVA. Ya se han formalizado dos ‘hubs’ en España y México y en los próximos meses se concluirá el mismo movimiento para el resto de países donde BBVA tiene presencia.
La evolución y sofisticación de la criminalidad, unido a la implantación exponencial y universal de su estrategia digital, impulsan a BBVA a evolucionar su visión del crimen financiero y cómo prevenirlo. “Existen nuevas dinámicas y ‘modus operandi’ en lo referente al fraude y al movimiento ilícito de dinero, que vuelven este riesgo cada vez más relevante, con una regulación muy estricta. Este entorno nos exige evolucionar al mismo ritmo nuestras capacidades de detección”, explica la responsable de Financial Crime Prevention.