En su opinión, los accionistas que acepten la oferta pasarán a formar parte del banco europeo con los mayores niveles de crecimiento y rentabilidad. Además, gracias a la diversificación y a sus franquicias líderes, se beneficiarán de una mayor capacidad de generación de valor. Asimismo, ha resaltado que BBVA se encuentra en una posición muy sólida para crear valor: “Hemos anunciado 36.000 millones de euros¹ disponibles para distribuir durante el periodo 2025-2028”.
Genç ha recordado que el sector bancario se enfrenta a una transformación estructural por el avance tecnológico, lo que refuerza la lógica de una operación encaminada a ganar escala. La digitalización, la inteligencia artificial y regulaciones como DORA multiplican los costes tecnológicos, muchos de los cuales son fijos. Solo en España, BBVA destina alrededor de 1.100 millones de euros al año a este tipo de gastos. “¿Por qué dos bancos diferentes que operan en el mismo mercado están desarrollando sistemas distintos y aplicaciones diferentes? No tiene sentido”, ha concluido. En su opinión, “es una transacción muy clara”.
Durante su encuentro con inversores, el consejero delegado de BBVA ha reiterado el atractivo de la propuesta para los accionistas, con una prima significativa sobre el precio de la acción de Banco Sabadell el día previo a la divulgación de las conversaciones sobre la fusión: un 30% sobre la cotización del 29 de abril de 2024 y un 42% sobre los precios medios ponderados del mes anterior. Esta cifra se sitúa muy por encima de otras ofertas públicas similares recientes en Europa, que han sido exitosas. “Estos números hablan por sí solos”, ha señalado.
Asimismo, BBVA estima que la operación generará, después de la fusión, sinergias por valor de 900 millones de euros anuales antes de impuestos, equivalentes al 13,5 % de la base de costes combinada de BBVA España y Banco Sabadell (excluyendo la filial británica TSB). BBVA considera que podrá capturar las sinergias de forma completa en 2029, previsiblemente el año inmediatamente posterior a la fusión.
Durante la conferencia, hizo hincapié en que BBVA ha fijado un objetivo de rentabilidad (ROTE) del 22 % de media para el periodo 2025‑2028, a la cabeza del sector bancario europeo. Además, se refirió a otra métrica clave: el crecimiento del valor contable tangible —incluyendo dividendos—, que refleja de forma directa el valor real creado para los accionistas. BBVA prevé que crezca a una tasa anual compuesta de doble dígito entre 2025 y 2028. Mirando hacia atrás, ha recalcado que BBVA ha generado mucho más valor para sus accionistas, medido como la evolución del valor tangible por acción más dividendos en los últimos 15, 10 y 5 años, en comparación con sus competidores europeos y españoles.
En relación con la política de remuneración al accionista, el consejero delegado de BBVA ha indicado que lo fundamental es la capacidad de generar resultados sostenibles que respalden los dividendos futuros. “La combinación única de crecimiento y rentabilidad de BBVA, junto con las sinergias esperadas de la operación, nos coloca en una posición muy sólida para la creación de valor y la distribución de dividendos”, ha afirmado.