Los mercados financieros asignan una probabilidad de más del 90% a esta reducción, si bien estas expectativas han fluctuado intensamente con los numerosos eventos desde la última reunión del 6 de marzo. En el actual contexto lo más probable será que el BCE no dé ninguna indicación a futuro y se limite a declarar su dependencia de los datos económicos que se vayan conociendo.
Reunión del 17 de abril de 2025: qué esperamos
Prevemos que el BCE baje los tipos de interés en 25 p. b. (llevando el depo hasta el 2,25%) en su reunión de abril, continuando con la distensión monetaria iniciada en 2024, tanto por una inflación que parece haber acelerado su reconducción hacia el 2%, como por una actividad que sigue dando muestras de debilidad en un entorno de muy elevada incertidumbre y numerosos riesgos.Los mercados financieros asignan una probabilidad de más del 90% a esta reducción, si bien estas expectativas han fluctuado intensamente con los numerosos eventos desde la última reunión del 6 de marzo. Tras el anuncio de aranceles de Trump el día 2, que suponía un escenario adverso para el crecimiento económico de la eurozona, diversos miembros del Consejo de Gobierno se inclinaron hacia un nuevo recorte. El austriaco Holzmann (que ya votase por una pausa en marzo) ha sido el más vocal abogando, incluso antes de que Trump anunciase la pausa en los nuevos aranceles para la UE, por mantener los tipos en su nivel actual.En este contexto, la atención de la reunión y la posterior rueda de prensa se centrará en obtener algo de claridad respecto a próximos pasos, aunque en el actual contexto lo lógico será que el BCE no de ninguna indicación a futuro y se limite a declarar su dependencia de los datos económicos que se vayan conociendo.
Condiciones económicas y financieras recientes
La desinflación parece haberse acelerado en las últimas semanas y la inflación se redujo en marzo hasta el 2,2% interanual la general (2,3% en febrero) y hasta el 2,4% interanual la núcleo desde el 2,6% de febrero (lo que supuso, en este último caso, una leve sorpresa a la baja respecto a las expectativas de los analistas). Una parte importante de esta caída se explicó por el menor ritmo de avance en el precio de los servicios, una partida inercial que apunta a que las dinámicas de precios se están moderando en línea con lo esperado por el BCE.La actividad económica en la eurozona continúa débil. Los PMI de marzo mostraron una ligera mejoría para el conjunto del área euro, explicada por el sector servicios en Francia y en Alemania. La debilidad del sector manufacturero, no obstante, siguió en niveles similares, incluso a pesar del anuncio de mayor gasto público en Defensa del próximo Gobierno alemán. El shock de incertidumbre que está suponiendo la política comercial estadounidense, en cualquier caso, no ayuda a que estas encuestas de sentimiento se recuperen.Desde la última reunión del BCE, los mercados financieros de la eurozona han experimentado una muy fuerte volatilidad, con fuertes pérdidas en renta variable (en torno al -15% los principales índices entre el 6 de marzo y el 9 de abril), una apreciación del euro (del 1,5% frente al USD), caída en los precios energéticos (-5% el petróleo Brent y -12% el gas natural TTF) y una caída generalizada en la rentabilidad de la deuda soberana, tras las subidas que había supuesto el anuncio alemán de mayor gasto público, con un apuntamiento de las pendientes. Por último, también las expectativas de inflación cotizadas experimentaron una reseñable caída.
En cuanto a estas últimas, los swaps de inflación cayeron con fuerza desde que se conoció el dato de inflación de marzo y tras el anuncio de aranceles de Trump. Así, los swaps llegaron cotizar una inflación en torno al 1,3% interanual en el próximo año y del 1,5% a dos años el 9 de abril. Estos niveles estarían reflejando una narrativa en la que los inversores descuentan tanto una desaceleración material de la actividad ante el shock arancelario como, probablemente, que parte del excedente de bienes asiáticos que perderían el mercado estadounidense se reconduciría hacia la eurozona, con un fuerte impacto deflacionario. Estas cotizaciones explican también el ajuste a la baja en las expectativas de los tipos de interés del BCE cotizadas por los implícitos del mercado monetario.
Los mensajes del BCE
Es probable que el comunicado del BCE continúe señalando como su orientación de política monetaria sigue moviéndose entre dos aguas con alguna fórmula como la empleada en su comunicado de marzo (“la política monetaria está adoptando una orientación considerablemente menos restrictiva”). De esta forma, el BCE reconocería el efecto benéfico que debería tener en la actividad la bajada de los tipos de 150 p.b. acumulada entre el máximo del 4% y la reunión de marzo, aunque sin negar que la debilidad económica (actual y prevista) puede aun así requerir recortes adicionales de tipos.El agitado debate respecto al tipo de interés natural mantenido por diversos miembros del Consejo de Gobierno en los últimos meses parece haber quedado ligeramente aparcado ante el escenario adverso y cambiante en que los aranceles de Trump colocaron a la economía de la eurozona. En este contexto, aunque el nivel de tipo neutral siga muy presente en las evaluaciones de los miembros del Consejo de Gobierno, lo más probable es que los mensajes el BCE se enfoquen en su dependencia de los datos y en su evaluación del balance de riesgos. A partir de estas, el BCE deberá decidir la política monetaria más adecuada para situar la inflación en su objetivo y mantener la estabilidad económica de la eurozona.
Perspectivas del BCE a medio plazo
Prevemos que el BCE recorte los tipos en 25 p.b. en abril. Aunque probablemente no sea la última bajada de este ciclo, en el actual contexto de elevada incertidumbre el BCE es improbable que el BCE se comprometa a ninguna decisión futura, lo que complica prever la velocidad o frecuencia de las bajadas. Con todo, esperamos que estos se sitúen, antes de finalizar el año, hacia el límite inferior del rango de las estimaciones del tipo neutral, que el propio BCE sitúa en torno al 1,75%.1Los implícitos del mercado monetario cotizan actualmente una visión similar y asignan prácticamente un 100% de probabilidad tanto a que el BCE vuelva a bajar tipos en abril, como a que los tipos se sitúen en el 1,75% al finalizar el año.Los riesgos para nuestra previsión están levemente sesgados a la baja (es decir, el mayor riesgo es que los tipos puedan llegar a situarse levemente por debajo de lo que estimamos). Aunque el shock arancelario que finalmente se materialice en la UE sigue siendo incierto, dados los constantes vaivenes de la administración Trump, es probable que la menor confianza empresarial y de los consumidores le reste algo de crecimiento a la economía del área euro.Esto supone que los riesgos para la inflación, que el BCE veía como balanceados en los últimos meses, habrían aumentado ligeramente a la baja. Por un lado, la desaceleración económica, así como la caída de los precios de la energía, deberían moderar aún más el avance de los precios. Por otro lado, la escalada de la guerra comercial entre China y EE.UU. podría suponer un fuerte aumento de importaciones asiáticas en la UE y, con ello, el riesgo de importar deflación, como ya se ha mencionado. Este riesgo, no obstante, es aún incierto, en la medida que su materialización depende en gran medida del tratamiento que pueda dar la UE a esas importaciones en los próximos meses.