Así, tanto los criterios de concesión como las condiciones generales aplicadas a los nuevos préstamos han seguido endureciéndose, de forma generalizada, por quinto trimestre consecutivo. No obstante, este endurecimiento fue algo más moderado que el del primer trimestre, como ya anticipaban las expectativas de las entidades financieras hace tres meses. Esta evolución responde al aumento de los riesgos percibidos por las entidades financieras, a una menor tolerancia a los mismos, y al incremento de los costes de financiación para las entidades y a una menor disponibilidad de fondos. Por su parte, el porcentaje de solicitudes de crédito rechazadas ha crecido ligeramente en todas las modalidades.
Durante el primer semestre de 2023, la ratio de dudosos propició un leve endurecimiento de los criterios de concesión en los créditos a hogares para consumo y otros fines, y de las condiciones aplicadas a los nuevos préstamos en todos los segmentos. Esto se explica por factores relacionados con el coste de financiación y la disponibilidad de fondos, por un aumento de los riesgos percibidos y por la menor tolerancia a los mismos por parte de algunas entidades financieras. En el caso de las condiciones aplicadas a los préstamos, el endurecimiento de la oferta se ha traducido, principalmente, en un aumento de los márgenes en todas las modalidades.
En el primer semestre de 2023 se han endurecido los criterios de concesión de préstamos y las condiciones aplicadas en prácticamente todas las ramas productivas, siendo este endurecimiento algo más intenso en la industria manufacturera, en el sector de la construcción y en las actividades inmobiliarias.
La demanda de préstamos volvió a descender de forma generalizada y en todos los sectores, lo que sucede por segundo trimestre consecutivo. No obstante, esta caída de las solicitudes ha sido algo más moderada que la registrada entre enero y marzo, tal y como ya anticipaban las entidades financieras en las previsiones que realizaron en la ronda anterior de la Encuesta.
El descenso de las peticiones de fondos se explica, principalmente, por el aumento de los costes de financiación. En el segmento de crédito a las empresas, también habrían influido en esta evolución las menores inversiones. Por su parte, en el caso de los hogares, el descenso de la demanda de crédito también se explicaría por la menor confianza de los consumidores, el mayor uso de los ahorros y las peores perspectivas sobre el mercado de la vivienda.
Para el segundo semestre de 2023, se anticipa que la morosidad puede favorecer, de nuevo, un ligero endurecimiento generalizado de las condiciones crediticias.
Para el tercer trimestre de 2023, las entidades financieras esperan que se produzca una nueva reducción tanto de la oferta como de la demanda de crédito, en todas las modalidades, con una intensidad similar a la registrada entre abril y junio.
Se producirá un nuevo descenso generalizado de las solicitudes de préstamos, que sería algo más intenso en las actividades inmobiliarias. En ambos casos estos movimientos serán más moderados que los registrados entre enero y junio.
Empeoramiento de las condiciones de acceso de los bancos a la financiación
Los bancos señalaron que, durante el segundo trimestre de 2023, continuaron empeorando las condiciones de acceso tanto a los mercados minoristas de financiación como a los mayoristas. En este último caso, el deterioro fue prácticamente generalizado, con la única excepción de los mercados de valores a corto plazo, en los que las condiciones de acceso se mantuvieron estables.
Para el tercer trimestre de 2023, las entidades financieras anticipan que las condiciones de acceso a los mercados de financiación seguirán empeorando.
Por su parte, los riesgos asociados al cambio climático han tenido, en los últimos doce meses, un impacto muy reducido sobre la política crediticia de las entidades financieras, propiciando un ligero endurecimiento de los criterios de concesión de préstamos y de las condiciones aplicadas a las empresas denominadas ‘marrones’ (las que contribuyen muy sustancialmente al cambio climático y que no han comenzado aún con su proceso de transición). Estos riesgos han favorecido un cierto aumento de la demanda de crédito por parte de las compañías “en transición”.
Para los próximos doce meses, las entidades financieras esperan que habrá una relajación de los criterios de aprobación de préstamos y de las condiciones aplicadas para las empresas “verdes” y “en transición”, y un endurecimiento significativo para las “marrones” (ligado, fundamentalmente, a los riesgos físicos que afectan al valor de los activos de los prestatarios). En cuanto a la demanda de crédito, crecerá en las compañías “verdes” y, sobre todo, en las que están “en transición” (principalmente para acometer inversiones en activos fijos), y que habrá un ligero descenso de las solicitudes provenientes de compañías “marrones”.