El banco central ha mantenido este viernes una reunión de urgencia (es decir, no prevista en su calendario de encuentros) con el fin de debatir las tensiones y vulnerabilidades de la banca de la zona del euro tras las recientes turbulencias en el sector, según un portavoz de la entidad.
“El Consejo de Supervisión se reúne para intercambiar puntos de vista y ofrecer a sus miembros información actualizada sobre la evolución reciente del sector bancario”, declaró el portavoz. La reunión se ha producido después de un encuentro similar a principios de esta semana y un día después de la reunión del consejo de gobierno del BCE que decidió subir los tipos de interés en 50 puntos básicos, además de comprometerse a usar todas las herramientas necesarias para garantizar la liquidez en el sistema.
Fuentes cercanas al banco central señalan que el objetivo de la reunión de este viernes era supervisar la liquidez en el sector bancario de la zona euro y vigilar cualquier “vulnerabilidad” ante una posible situación de estrés o tensión contra algún banco, como la ocurrida esta semana con Credit Suisse cuando las declaraciones de su primera accionista de que no acudiría a una posible ampliación de capital provocó el desplome de la acción y salida de fondos de clientes. Esta misma fuente aseguró que no se esperaban medidas adicionales por parte del regulador. El encuentro del consejo de supervisión BCE llega en una semana de fuertes sacudidas bursátiles en los bancos, que ha obligado a las autoridades de varios países a dar apoyo a algunas entidades.
En la rueda de prensa posterior al consejo de gobierno del jueves, de Guindos, vicepresidente de la entidad, señaló que la banca europea tiene una situación “robusta” de liquidez y que la exposición de los bancos europeos a la entidad financiera suiza Credit Suisse es “limitada” y “no está concentrada”. Por su parte, Lagarde señaló que la banca tiene una posición “mucho más fuerte” que en 2008, cuando estalló la anterior crisis financiera. Este contexto de dudas en torno a las entidades medianas ha provocado en Estados Unidos un fuerte aumento de los préstamos que piden los bancos a la Reserva Federal para reforzar su liquidez ante posibles tensiones. En la última semana, los bancos tomaron prestados 164.800 millones de dólares por parte de las líneas disponibles en la Reserva Federal. De ellos, 152.850 se tomaron de la ventana de descuento (en la semana que terminó el 15 de marzo), según datos del banco central, frente a los 4.580 millones de la semana anterior, lo que supone un récord. El anterior máximo se situó en 111.000 millones de dólares en una semana durante la crisis financiera de 2008.
Además, los bancos acudieron a la nueva línea de crédito aprobada del domingo (llamada Bank Term Funding Program) por la Fed, que fue utilizada por 11.900 millones de dólares. En conjunto, los préstamos concedidos a la banca a través de los dos mecanismos de respaldo muestran un sistema bancario aún frágil y con el traspaso de depósitos desde bancos regionales a grandes entidades tras la quiebra de los bancos Silicon Valley Bank de California y Signature Bank de Nueva York la semana pasada.