Dentro del informe, el supervisor también realiza un análisis específico de las exposiciones que la banca tiene a las empresas inmobiliarias y de construcción, y señala que la banca española tiene un crédito concedido a este sector de unos 113.000 millones de euros. La mayor parte de este volumen, un 70%, son operaciones concedidas a tipo de interés variable, por lo que al cierre del año pasado estas empresas ya habrían absorbido, en buena medida, el aumento de los tipos de interés, al igual que los hogares.
«Esta composición del crédito implica una elevada sensibilidad de los costes de financiación del sector a la evolución de los tipos de interés de mercado». Por otro lado, apunta a que los riesgos de refinanciación «parecen contenidos», al menos a corto plazo, ya que algo más del 90% de la deuda bancaria de las empresas de este sector tiene un vencimiento residual superior a un año.
No obstante, el Banco de España aleja la posibilidad de una nueva crisis financiera como la de 2008-2012, gracias a la reducción en los balances bancarios de las exposiciones inmobiliarias, que son «muy inferiores» al observado antes de esta crisis.
En cuanto a la posición financiera de las empresas dedicadas al sector inmobiliario, afirma que es «heterogénea, con un número «contenido» de empresas con problemas de generación de recursos en relación con su gasto financiero, pero con otras, la mayoría, con «recursos holgados». Así, concluye que un aumento de los tipos de interés por encima de las expectativas de mercado actuales deterioraría «solo de forma contenida» la capacidad de servicio de la deuda bancaria del sector. No obstante, las empresas que cuentan con un mayor peso de los gastos financieros experimentarían un deterioro «más notable» de su posición financiera ante estos mayores tipos de interés.
«Los impactos más importantes sobre la carga financiera bancaria de las empresas de estos sectores tendrían lugar ante caídas significativas de su actividad. En la medida que en el entorno actual, no se detectan en España señales de desequilibrios elevados en los mercados inmobiliarios residencial y comercial, la probabilidad de materialización de este factor de riesgo aparece contenida a corto plazo».
Sin embargo, en el mismo informe, el Banco de España insiste en mantener la vigilancia sobre este mercado, puesto que se trata de un canal que resulta «relevante» para la supervisión de los bancos.